En este artículo nos concentraremos en el Tapir amazónico (Tapirus terrestris) o tapir brasileño, también conocido como sachavaca o danta. Esta especie es la más común en Suramérica, y la de mayor distribución geográfica, presente en toda la cuenca amazónica y, en general, en toda América del Sur, salvo Chile y Uruguay.
Alguna vez leí en una novela que el tapir fue creado en una distracción de Dios. Es un animal misterioso que casi nadie lo llama por su nombre propio de tapir, sino por otros apelativos como danta, anta, vacahuagra, sachavaca, mboré, mborebi, subo rebi, vaca moche, anteburro, capucica, cascuji.
Su nombre de tapir viene del vocablo tapiich, nombre que le dieron los indígenas Cainguá o kaingang, pertenecientes a la etnia guaraní.
Es, sin duda, un animal perfecto para construir adivinanzas infantiles: es caballo y rinoceronte sin serlo, parece un elefante y no lo es, y desde lejos, metido en el río, retozando en el agua, tiene aires de hipopótamo.
Es un animal que parece una caricatura hecha con pedazos sobrantes de otros. Un extraño animal aún no descubierto por los creadores de dibujos animados, y que compite con los marsupiales y los pingüinos en rareza, pero que los seres humanos están decididos a borrar de la faz de la Tierra, depredándolo, sin justificación alguna.
✅ Origen del tapir
El tapir es una de las especies de mamíferos sobrevivientes de la megafauna neotropical. Existe desde hace unos 40 millones de años, y está emparentado con los équidos y los rinocerontes (Wisuma, Cicha 2011).
El parentesco le viene de que todos los équidos (caballos, asnos y cebras) y los rinocerontes, al igual que los tapires, pertenecen al orden Perissodactyla, mamíferos que poseen extremidades con un número impar de dedos o pezuñas.
El tapir es un animal bastante primitivo perteneciente a la familia Tapiridae, del orden de los Perisodáctilos. El género Tapirus habitaba Eurasia durante el Eoceno, hace unos 55 millones de años. El mismo se extendió durante el Mioceno por Eurasia y América del Norte, al agotarse la biomasa necesaria para su alimentación.
La unión de las porciones de América del Sur con América del Centro y del Norte, hace unos 3 millones de años, permitió que las especies del género pudieran habitar en las selvas de América del Sur.
Los tapires que se quedaron en Eurasia desaparecieron de Europa y de gran parte de Asia por las glaciaciones. Solo una especie sobrevivió en el Asia: el tapir asiático o malayo, Tapirus indicus, que habita en las áreas de Sumatra y el sur de Indochina.
En el Mioceno, iniciado hace unos 23 millones de años y finalizado hace unos 5 millones de años, los ancestros de los tapires suramericanos que poblaban América del Norte emigraron hacia Suramérica.
Las especies de tapires neotropicales se habían separado hace unos 21 a 25 millones de años. Más tarde, en el Cuaternario (iniciado hace 2,59 millones de años y continúa hasta la actualidad), se produjo una nueva separación, ahora en las selvas altas del oeste amazónico, entre los linajes de tapires que hoy conocemos (Hollande et al. 2011: Pivetta 2011).
✅ Descripción taxonómica de sachavaca
➡️ Nombres científicos de las especies de Tapir
Se han registrado en el planeta cuatro subespecies de tapir: Tapirus terrestris, T. pinchaque, ambos de América del Sur, T. bairdii, de América Central, y T. indicus, del archipiélago malayo, la parte insular del sudeste de Asia.
➡️ Tapir andino
El T. pinchaque, o tapir de montaña, es de cuerpo más pequeño que el T. terrestris, y de pelaje más oscuro, denso y abundante, para soportar el frío de los páramos, mientras que el T. indicus, conocido como tapir malayo o asiático, es más grande y presenta un pelaje de color blanco y negro.
➡️ Subespecies
Algunos investigadores, como Arias-Alzate, Palacio-Vieira y Muñoz-Durán (2009), mencionan dos subespecies de Tapirus terrestris en Colombia: T.t. aenigmaticus, en el suroriente de Colombia, y T.t. colombianus, en las tierras bajas del norte de Colombia.
➡️ ¡Especies en peligro!
Todas las subespecies han confrontado estados críticos de sobrevivencia, todos clasificados como “en peligro”, según la UICN, salvo el tapir amazónico considerado como “vulnerable”.
El tapir es muy sensible a la presión de la cacería, de la que le cuesta recuperarse por su exposición visual (un cuerpo voluminoso y hábitos de vida rutinarios por senderos muy marcados) y su comportamiento reproductivo (la hembra pare una sola cría, excepcionalmente dos, tras una gestación de unos 13 a 14 meses).
✅ El Tapir amazónico o Tapirus terrestris
El tapir (T. terrestris) es un mamífero, de la familia de los Tapiridae, el mayor de Suramérica, ungulado, de cuerpo robusto y cilíndrico, con un perfil curvo, pues es más alto en la grupa que en el lomo, con una altura de cruz de 110 cm.
Mide una longitud promedio de 2 m. e incluso hasta 2,5 m, y alcanza un peso entre 200 y 270 kg. Tiene una cola corta, de unos 8 cm en promedio. Su cuerpo, cuya piel es dura y resistente, presenta un pelaje de color pardo ceniciento.
Presenta una cresta en la parte superior, a manera de crin, formada por pelos cerdosos, largos y duros. Sus patas son cortas, en relación con su pesado cuerpo.
En las patas delanteras presenta cuatro dedos y tres en las traseras.
➡️ Trompa
Una de las partes que más llama la atención es su labio superior alargado, que se une con la nariz para formar una prosbócide, hocico prolongado o pequeña trompa, curvada y móvil.
Esa prosbocis, que no supera los 17 cm, está compuesta casi totalmente de tejidos blandos, por lo que es muy flexible y se mueve en todas las direcciones, permitiéndole comer follaje en ramas de difícil acceso.
Por su trompa relativamente corta, algunos llaman al tapir “elefante de miniatura” (Richard, Juliá 2000; Constantino et al. 2006; Wilson, Reeder 2005; Montenegro 1998)
➡️ Visión
El tapir tiene vista deficiente, monocular. Los ojos son pequeños y hundidos, con párpados delgados.
➡️ Olfato
La deficiencia visual la compensan largamente con un oído y un olfato muy agudos. Detectan olores a distancia. Para hacerlo, levantan la trompa y muestran sus dientes, lo que se conoce como reflejo de flehmen.
➡️ Dentadura
Su dentición está compuesta por 44 piezas dentales, elemento que evidencia su parecido con el caballo.
➡️ Patas y otras similitudes con el caballo
Con el caballo también comparte otras características, como la forma de sus patas y la composición y el números de sus uñas, a modo de pezuña, cuatro en las partes delanteras y tres en las traseras, o la carencia de vesícula biliar o su estado monogástrico con sacos guturales y riñones no lobulados.
✅ ¿Dónde vive del tapir? (habitat)
El tapir escoge su hábitat de acuerdo a dos factores principales: la disponibilidad de alimentos, en especial drupas de palmeras, y la disponibilidad de los recursos de agua (Medici 2010).
Se trata de un animal solitario, de hábitos nocturnos. Es muy dependiente del agua. Es buen nadador. El agua le sirve para aparearse, huir de sus depredadores, refrescar su cuerpo.
Necesita de la cercanía del agua para defecar, pues el agua actúa como un elemento estimulante y regulador de su función excretora.
El agua también le ayuda a regular la temperatura de su cuerpo, que es importante por el grosor de su piel. Se sumerge completamente en el agua durante varios minutos, y camina sobre el lecho del cuerpo de agua, como lo hacen los rinocerontes.
El tapir copula dentro y fuera del agua, pero cerca de ella. En el agua logra una cierta “ingravidez” que le facilita la monta de la hembra.
El tapir es un gran caminador en solitario, realizando marchas hasta de 10 km al día, abriendo senderos, que conoce al detalle, lo cual puede perjudicarle, pero también favorecerle, porque hay lugares de difícil acceso para otras especies, y él puede defenderse mejor contra sus depredadores. Se desplaza con aparente lentitud, pero con gran resistencia, a menos que se sienta presionado. Entonces arremeterá con violencia contra el objetivo, valiéndose de su corpulencia y de sus rápidas reacciones.
El tapir es un animal relativamente tranquilo, a menos que se sienta amenazado. Entonces le hará honor al nombre de “gran bestia”, con que lo conocían los españoles de la colonización.
✅ ¿Qué come el tapir? (alimentación)
El tapir es herbívoro-frugívoro. Su dieta es, en realidad, ampliamente vegetariana. Tiene un estómago pequeño y simple, pero cuenta en el intestino con un ciego muy voluminoso que aloja bacterias que le facilitan la digestión de la celulosa, de difícil digestión, y que le permite alimentarse con pequeñas cantidades de alimentos varias veces al día.
En la vida silvestre se alimenta de hojas y brotes tiernos de arbustos y árboles, de hierbas y gramíneas, y de frutas. Estudios sobre las heces del tapir han encontrado restos de unas 122 especies de plantas, pertenecientes a 68 géneros y 32 familias, evidenciando la amplitud de su dieta vegetariana (Castellanos, Vallejo 2017).
Chalukian, Bustos, Lizárraga 2012 encontraron que los alimentos más consumidos fueron fibras y hojas, en un 84 %, y frutos en un 16 %. En la época seca, se encontró un gran porcentaje de semillas en sus heces, principalmente por la disponibilidad de especies de frutos de Fabáceas (Galetti, Keuroghlian, Hanadal, Morato 2001; UICN/SSC).
Por su tipo de consumo, el tapir se comporta como un excelente dispersor de semilla en distancias largas.
En cautiverio, en zoológicos, el tapir adulto consume cada día casi 4 kg de alfalfa, unos 10 kg de alimentos balanceados para animales, de 5 a 12 kg de frutas y hortalizas.
En libertad consume unos 9 a 10 kg de alimentos por día. Aparte de ser un dispersor de semillas, también las depreda, por su costumbre de defecar en el agua, reduciendo la viabilidad de las semillas defecadas. En gran medida, el tapir todavía juega un papel importante en la conservación de los ecosistemas en los bosques húmedos suramericanos (Cruz 2012).
En cuanto a su ciclo de vida, el tapir presenta una longevidad de unos 30 años en libertad, y un poco más en cautiverio, donde llega a vivir unos 35 años.
Es interesante destacar que el tapir juega un gran papel en la vida del bosque, no solo como dispersor de semillas y agente mantenedor del equilibrio ecológico, sino también como “constructor” del paisaje, al desarrollar senderos en la selva intrincada. Taber et al (2008) lo llaman “arquitecto o ingeniero del paisaje”.
✅ Comportamiento reproductivo
El tapir alcanza su madurez sexual, en cautiverio, entre los 12 y los 14 meses de edad, y procrea hacia los 3 años de edad.
En la vida silvestre, la reproducción ocurre a partir de los 4 años de edad No existe una estacionalidad de su actividad reproductiva. El período del estro (celo) de la hembra es corto, no mayor de cinco días, y le repite cada 28 a 32 días.
En ese tiempo se produce el apareamiento. El cortejo se hace en jugueteos de macho y hembra, largas persecuciones durante la noche, frecuentes roces de piel, el macho mordisquea las orejas de la hembra. Emiten sonidos agudos y resoplidos. Se olfatean los genitales, golpes de hocico contra el vientre, hasta que se produce la cópula, dentro o fuera del agua, en un período muy breve, que no excede los siete minutos.
Luego el período de gestación de la hembra dura unos 405 días, es decir, entre 13 y 14 meses.
➡️ Tapir bebé
La hembra escoge para parir un lugar abrigado y tranquilo. En cada camada nace una cría, muy rara vez dos, que a las pocas horas ya está de pie.
Pesa, al nacer, de 3 a 6 kg, mide unos 60 cm de largo , y alcanza una altura de 33 cm.
La cría es amamantada por la madre durante un año o un poco menos, pero empieza a incorporar alimentos sólidos en su dieta a partir de los siete días de nacida.
Luego, se vuelve adulto a partir de tres a cuatro años de edad.
✅ La depredación del tapir o sachavaca
El tapir es un animal en riesgo, vulnerable para algunos y en peligro para otros. No obstante, los investigadores de la especie hablan de manera unánime de que ya no se ven tapires en áreas donde abundaban. En Argentina, por ejemplo, donde el tapir es considerado un símbolo, ya casi desaparecido.
En las selvas de las regiones amazónicas la presencia del tapir es cada vez más infrecuente.
Los enemigos del tapir son muchos, como para cualquier animal del monte en la cuenca amazónica, en especial para los animales más grandes, que son más visibles por su tamaño, que requieren mayor cantidad de alimentos y requieren mayor espacio territorial, y que tienen una tasa reproductiva baja y un largo período de gestación (Wisuma, Cicha 2011).
La avanzada deforestación los pone en evidencia y reduce su área de supervivencia, en especial para una especie que presenta baja densidad de población animal por km2.
El tapir debe, pues, enfrentar enemigos diversos. Enemigos directos como los cazadores furtivos e ilegales.
Cruz, Paviolo, Bó, Thompson y Di Bitetti (2014) señalan que la probabilidad de detectar tapires aumenta en relación con la distancia de los puntos más cercanos para los cazadores furtivos, y decrece con la abundancia de plantas de bambú en el sotobosque y en los senderos por donde transita.
La cacería furtiva es uno de los principales factores que marca el hábitat de los tapires, aunque no en su vida diaria (Ferregueti et al. 2017; Tapia et al, 2000. ).
También los depredan algunos cazadores de las propias comunidades nativas indígenas que lo matan para apropiarse de su cuero y consumir su carne, el hígado, la lengua y su cabeza.
La carne es asada o secada al sol, cortada en tiras y salada para conservarla como charqui. Los indígenas guaraníes muelen la carne para preparar uno de sus platos típicos, o simplemente la guisan.
La gruesa piel, de gran resistencia, es comercializada entre los artesanos para confeccionar correas, carteras, suelas de sandalias, látigos.
También hay los enemigos indirectos, que son aún más perjudiciales. Sucede con la deforestación del bosque, la quema, la extracción ilegal de madera y la expansión de las explotaciones ganaderas extensivas en áreas habitadas por tapires (Arias-Alzate, Palacio-Vieira, Muñoz-Durán 2009; Tapia et al. 2000). Otros enemigos son sus depredadores de la selva como el jaguar, el puma, la anaconda, los caimanes.
Debido a la improvisación, la sobrecacería y la desobediencia de las normas de protección de la especie, el tapir ha desaparecido, o ha menguado su población, en muchas regiones amazónicas y en otras donde abundaba, como en algunas provincias argentinas.
Eso sucedió, por ejemplo, en las provincias argentinas de Corrientes, Entre Ríos y Tucumán , y ahora se hacen esfuerzos por reintroducirlo (Di Martino, Jiménez-Pérez, Peña 2015). O en Venezuela (Salas 1996)
✅ Simbología indígena asociada al tapir
Hay una amplia simbología asociada al tapir y sus representaciones entre los indígenas guaraníes. Unos de los nombres indígenas del tapir son mboré y mborebi.
La Vía Láctea en la astronomía guaraní, en mborebi, se dice Rape o Tapi ´ i Rapé, que quiere decir “camino del tapir”, en la creencia de que corresponde al cerco celestial que rodea la chacra indígena, donde un tapir mitológico la riega y cuida la cosecha en el cielo.
Para los indígenas kaingang, que habitaron Argentina y Brasil, el origen del tapir se remonta a la gran inundación o diluvio universal que cubrió toda la Tierra. Al bajar las aguas, los pocos sobrevivientes empezaron a dibujar con carbón los nuevos animales.
Pero uno de ellos, sordo, no oyó cuando le explicaron su manera de alimentarse, y debió conformarse con comer follaje de los árboles.
➡️ ¿La carne de tapir se come?
Todos los grupos indígenas amazónicos tienen tabúes, entre ellos algunos alimentarios, como una estrategia de protección para la sobrevivencia.
En el caso de la alimentación, se trata de una estrategia para superar la angustia de la elección alimentaria para un ser omnívoro, que se debate, para construir su régimen alimentario, entre la neofilia, la necesidad de procurarse nuevos alimentos para ampliar su dieta, y la neofobia, eludir alimentos que no le resulten tóxicos, y que crean ciertas precauciones que terminan por convertirse en tabúes alimentarios.
Esos tabúes son prohibiciones que son incorporados y codificados en los ritos del grupo e inscritos en las actuaciones del grupo social. Aparte de eso se establecen prohibiciones para consumir carne de animales que tienen para el grupo una significación especial.
Por ejemplo, el consumo de la carne de tapir está prohibido en muchos grupos indígenas amazónicos. Por ejemplo, las etnias mayoruna, campa o achuar no consumen carne de tapir, por el rol simbólico que juega ese animal en sus respectivas culturas.
➡️ El tapir en Ecuador
Para los achuar, de la Amazonía ecuatoriana, casi todos los mamíferos son comestibles, con algunas excepciones, como la prohibición de comer carne de tapir o sachavaca, venado de color rojo, ronsoco o capibara, aduciendo alguna razón. Pero no son prohibiciones fijas, sino que pueden cambiar.
Hay, además, diferencias en el comportamiento de consumo entre los indígenas.
➡️ El tapir en Brasil y Venezuela
Entre los wari, o bari, de la Amazonía brasileña–venezolana, los animales comestibles se dividen en dos grandes grupos: los que tienen jam y los que no lo tienen.
Tener jam equivale a tener espíritu: sombra, imagen, un doble. En este caso, son comestibles, como sucede con el tapir, el venado rojo, el jaguar, el mono. De allí que los bari solo cazan a los animales del monte que pueden comer, desde el punto de vista de su cultura (Belaúnde 2008:99-100) . Se trata de tabúes de caza. En otros casos se aplican directamente tabúes de consumo alimentario. Como hacen los mayoruna, que no consumen carne de tapir (Erikson 1994: 55).
El tapir o danta guarda estrecha relación con la cosmovisión de varias etnias indígenas de Venezuela, hasta el punto de que puede considerarse un animal totémico para los Piaroa, localizados en las márgenes del río Orinoco, y es tenido como una deidad entre los miembros de la etnia Yanomami, en el estado venezolano de Amazonas. Es particularmente relevante que en un mito urbano escenificado por la diosa María Lionza, ésta monta sobre un tapir.
✅ Dibujos de tapir para colorear
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El Dr. Rafael Cartay es un economista, historiador y escritor venezolano mejor conocido por su extenso trabajo en gastronomía, y ha recibido el Premio Nacional de Nutrición, el Premio Gourmand World Cookbook, Mejor Diccionario de Cocina y El Gran Tenedor de Oro. Inició sus investigaciones sobre la Amazonía en 2014 y vivió en Iquitos durante 2015, donde escribió La Tabla Amazónica Peruana (2016), el Diccionario de Alimentos y Cocina de la Cuenca Amazónica (2020), y el portal en línea delAmazonas.com, de del cual es cofundador y escritor principal. Los libros de Rafael Cartay se pueden encontrar en Amazon.com
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