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Pumayuyu: el secreto de la Eterna Juventud amazónica

enero 14, 2025

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han sentido una profunda fascinación por detener el paso del tiempo. Este anhelo ha sido una constante en las culturas de todo el mundo, desde las primeras civilizaciones hasta nuestros días. Historias de plantas mágicas, elíxires milagrosos y rituales secretos se entrelazan con el deseo universal de mantener la juventud y la vitalidad. 

En la Amazonía hemos encontrado una serie de historias relacionadas con la búsqueda de la inmortalidad y con plantas sagradas, plantas maestras, o milagrosas capaces de curar enfermedades y prolongar la vida.

Por otra parte, hemos buscado datos reales y actuales del promedio de vida de los habitantes de la amazonía, los cuales seguramente te van a sorprender. ¿Crees  que  el promedio de vida de los habitantes de los pueblos indígenas amazónicos es más alto o más bajo que el de otros grupos étnicos humanos? O, dicho de otra manera, ¿Los amazónicos, en la actualidad, viven más años o menos años que el resto de la población mundial?

Héroe dominando a un león. Relieve de la fachada de la sala del trono, palacio de Sargón II en Khorsabad (Dur Sharrukin), 713-706 a. C. Fuente: Louvre Museum , Public domain, via Wikimedia Commons
Índice

La búsqueda de la Eterna Juventud: un deseo universal

La idea de la inmortalidad ha cautivado a la humanidad desde que comenzamos a contar historias. Uno de los ejemplos más antiguos de esta búsqueda se encuentra en el «Poema de Gilgamesh«, un texto sumerio que es considerado la primera gran obra literaria de la historia. Gilgamesh, un rey valiente pero atormentado, enfrenta la muerte de su amigo Enkidu, una pérdida que lo lleva a confrontar su propia mortalidad. En su desesperación, emprende un peligroso viaje para encontrar una planta secreta, escondida en el fondo del océano, que prometía devolverle la juventud y la vida eterna. Tras muchas pruebas y sacrificios, logra encontrar la planta, pero en un descuido, una serpiente se la arrebata y la consume. Gilgamesh regresa a su reino con las manos vacías, llevando consigo la dolorosa lección de que la inmortalidad puede ser un sueño inalcanzable.

Esta historia, a pesar de ser escrita hace más de cuatro mil años, resuena con la humanidad de hoy. Nos recuerda que la búsqueda de la eterna juventud no es solo una lucha contra el tiempo, sino también un reflejo de nuestra fragilidad y nuestra capacidad de soñar.

Otras referencias históricas

A lo largo de los siglos, diferentes culturas han creado sus propias narrativas y caminos hacia la eterna juventud. En la Europa medieval, los alquimistas dedicaron sus vidas a encontrar la mítica piedra filosofal. Este objeto legendario no solo prometía convertir metales en oro, sino también otorgar la inmortalidad. Figuras como Nicolas Flamel y Paracelso quedaron inmortalizadas por su obsesiva búsqueda, que mezclaba ciencia, magia y filosofía. Aunque nunca se encontró la piedra, su simbolismo permanece como un recordatorio del anhelo humano por trascender las limitaciones de la carne y el tiempo.

Nicolas Flamel. Line engraving. Fuente: See page for authorCC BY 4.0, via Wikimedia Commons
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Portrait of a man in a landscape, said to doctor Paracelsus (1493-1541) Fuente: Peter Paul Rubens CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

Por otro lado, la religión ha ofrecido otra vía hacia la inmortalidad, pero de una manera más espiritual. En el cristianismo, por ejemplo, la promesa de vida eterna no está ligada al cuerpo físico, sino al alma. Aquellos que aceptan la fe y siguen sus principios son recompensados con una eternidad en el cielo, libre de sufrimiento y dolor. Esta visión espiritual de la inmortalidad contrasta con las búsquedas materiales, pero comparte la misma esencia: el deseo de alcanzar la vida eterna.

Avanzando hacia la modernidad temprana, encontramos la historia de la Fuente de la Juventud. Este mito llevó al explorador español Juan Ponce de León a embarcarse en una expedición hacia lo que hoy conocemos como Florida. Aunque nunca encontró la fuente, su búsqueda se convirtió en un símbolo de la obsesiva curiosidad humana y nuestra disposición a arriesgarlo todo por un sueño.

La Eterna Juventud en la actualidad

En el mundo moderno, la búsqueda de la eterna juventud no ha desaparecido, pero ha tomado formas nuevas y tecnológicas. La ciencia y la medicina han reemplazado a los mitos y las leyendas como las principales herramientas en esta lucha contra el envejecimiento. Hoy en dia, millones de personas recurren a dietas estrictas, ayuno intermitente y suplementos alimenticios para mantener su vitalidad. Las clínicas estéticas ofrecen tratamientos avanzados como el uso de plasma y células madre, que prometen regenerar la piel y los tejidos. Incluso las cirugías estéticas, aunque invasivas, son vistas como una forma aceptada de «ganarle» al tiempo.

Sin embargo, esta búsqueda también plantea preguntas importantes: ¿Es esta obsesiva lucha por la juventud una negación de nuestra mortalidad? ¿O es una muestra de nuestra capacidad de innovar y adaptarnos? Lo que está claro es que, aunque las herramientas han cambiado, el sueño sigue siendo el mismo: mantenernos jóvenes, sanos y llenos de vida durante el mayor tiempo posible.

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 La visión amazónica


En la Amazonía también se cuentan historias sobre la longevidad o la vida eterna.


En la película “El abrazo de la serpiente” (2015), dirigida por el cineasta colombiano Ciro Guerra, un grupo de exploradores busca una planta conocida como Yakruna. Ésta podría hacer referencia a la chacruna, una planta alucinógena que contiene DMT y que se mezcla con la liana Banisteriopsis Caapi, para producir una bebida conocida como Ayahuasca o Yagé que, según algunos, es medicinal y ayuda a los hombres a conectar con el más allá.

En la serie Frontera Verde (2019), también dirigida por Ciro Guerra, aparecen dos personajes conocidos como los Eternos (Yua y Ushë), quienes nunca envejecen. Estas historias conectan la inmortalidad con la espiritualidad y la sabiduría de la selva.

En la amazonía ecuatoriana encontramos la historia de Pumayuyu. Según una versión de esta leyenda amazónica plasmada por el escritor Juan Carlos Galeano en el libro Cuentos Amazónicos, en el pequeño pueblo de Puerto Napo, ubicado en la amazonía ecuatoriana, se cuenta una historia que ha pasado de generación en generación. Una viejecita de más de ciento veinte años vivía en una casita modesta rodeada de la espesa selva. Sus nietas la cuidaban con esmero y siempre le llevaban su media taza de Pumayuyu, una planta de hojas pequeñas que crecía en el patio trasero, junto al pozo. A pesar de su avanzada edad y de que su vista ya casi no le servía, la abuelita gozaba de una salud sorprendente. Podía pasar días enteros sin comer, y su ánimo siempre irradiaba energía y vitalidad. Era un misterio que intrigaba a todos en el pueblo.

Una tarde, una de las nietas notó algo inusual. La abuela tenía una herida en la pierna, y al preguntarle qué había pasado, la anciana le explicó que, durante la noche, se había golpeado con una de las butacas de la mesa. La nieta se alarmó y le recomendó que pidiera ayuda la próxima vez, preocupada por su fragilidad. Sin embargo, al cabo de unos días, la herida había desaparecido como por arte de magia, y la abuela parecía incluso más rozagante que antes.

Intrigada, la nieta decidió investigar. Una noche, después de que todos en la casa se hubieran acostado, se escondió cerca de la ventana para observar a la anciana. Con la luz de la luna iluminando tenuemente el interior de la casa, vio cómo su abuela se levantaba con una agilidad sorprendente y se dirigía hacia la puerta trasera. La nieta la siguió sigilosamente y, al salir al patio, quedó petrificada al ver cómo el cuerpo de su abuela comenzaba a transformarse. Sus uñas se alargaron hasta convertirse en garras, su piel se cubrió de un espeso pelaje, y sus ojos brillaban como los de un felino en la oscuridad. La abuela se había convertido en un puma.

Con un movimiento grácil, el extraño felino desapareció entre los senderos que rodeaban la aldea. Los nietos, que montaban guardia para proteger a las gallinas de los depredadores nocturnos, no sospechaban que el puma que acechaba era su propia abuela. La nieta regresó a la casa sin poder dormir esa noche, presa de la confusión y el asombro.

A la mañana siguiente, reunió a sus hermanos y a su madre para contarles lo que había presenciado. La noticia los dejó incrédulos, pero también preocupados. Decidieron buscar la ayuda de un chamán  para entender lo que estaba ocurriendo. El sabio anciano tras escuchar el relato y preparar una infusión de wanduc y otras plantas, les explicó el misterio:

«No tienen nada de qué preocuparse,» les dijo con calma. «Su abuela ha vivido tanto tiempo gracias al jugo de Pumayuyu que sus padres le daban desde niña. Esa planta no solo la ha mantenido sana, sino que también le ha otorgado la habilidad de transformarse en puma por las noches. Es un don que la naturaleza le ha concedido, y cuando llegue su hora, morirá tranquila, de vieja.»

Al escuchar estas palabras, la familia dejó de angustiarse. Los nietos abandonaron sus guardias nocturnas y aceptaron la naturaleza mágica de su abuela. La viejecita siguió disfrutando de su vida, cuidada y querida por sus seres queridos, hasta que un día, como predijo el chamán, la muerte le llegó del cielo, serena y sin dolor. La enterraron como cristiana en el cementerio del pueblo, y sus familiares visitaban su tumba todas las semanas para dejarle flores frescas. Pasaron algunos meses y cuando la nieta volvió a visitar la tumba, ésta había sido profanada, o al menos eso parecía, a juzgar por un hueco que había en la tierra en aquel lugar. Al examinar más de cerca, la nieta reconoció las huellas que dejaba su abuela cuando salía por las noches convertida en puma. Entonces entendió que su abuelita había alcanzado la vida eterna convertida en un gran puma, que se internó para siempre en la selva, logrando así, a su manera, la vida eterna.

Con el tiempo, la historia de la abuelita y el Pumayuyu se convirtió en una leyenda, un testimonio del misterio y la magia que rodean a las plantas de la Amazonía. Aún hoy, los sabios de la región hablan del Pumayuyu como una planta que conecta al ser humano con las fuerzas de la naturaleza, otorgando salud y longevidad.

Por nuestra parte hemos tratado infructuosamente de conseguir más información sobre esta planta en internet. Sin embargo, si bien hasta el momento no hemos logrado identificar su nombre científico, o si realmente existe, podemos añadir como dato curioso que existe un libro llamado Jambic Yuyu Yuraguna escrito en castellano y en quichua, el cual compendia el conocimiento de las plantas medicinales que tiene el Pueblo Panzaleo de la comunidad de Tingo Pucara (Provincia de Cotopaxi, Ecuador). En él podrán encontrar descripciones, modo de preparación, usos medicinales y alimenticios de muchas plantas andinas y amazónicas (les dejamos el enlace en la descripción).

 

jambic yuyu yuraguna

La realidad de la esperanza de vida en la Amazonía

Sin embargo, la realidad para muchos habitantes de la Amazonía es muy distinta de las leyendas que inspiran admiración y respeto. Según diversos estudios, la esperanza de vida de las comunidades indígenas amazónicas es significativamente menor que la de otros grupos poblacionales. En Ecuador, un estudio de 2022 reveló que los indígenas mueren, en promedio, 39 años antes que las personas blancas, 28 años antes que los afroecuatorianos y 12 años antes que los mestizos.

Las causas de estos fallecimientos prematuros están profundamente relacionadas con la falta de acceso al agua potable. En muchas comunidades, el agua está contaminada con virus, bacterias y otros microorganismos debido a la descarga inadecuada de aguas servidas. En Ecuador, solo entre el 2 y el 3% de las aguas servidas son tratadas adecuadamente, mientras que el resto se descarga directamente en los ríos, afectando la salud de miles de personas.

Estas cifras nos recuerdan que, aunque las leyendas como la de Pumayuyu celebran la longevidad y la magia de las plantas amazónicas, también debemos enfrentar los retos reales que amenazan a estas comunidades. Es fundamental trabajar para mejorar las condiciones de vida, el acceso a servicios básicos y la preservación del entorno natural que sostiene a estos pueblos.

Bibliografía

  • Galeano, J. C. (2014). Cuentros Amazónicos (4ta Edición). Tierra Nueva Editores. https://myweb.fsu.edu/jgaleano/pdf/amazonia2014.pdf
  • La esperanza media de vida de los indígenas es 20 años inferior a la del resto de la población. (2010, enero 18). Consumer |; Eroski Consumer. https://www.consumer.es/solidaridad/la-esperanza-media-de-vida-de-los-indigenas-es-20-anos-inferior-a-la-del-resto-de-la-poblacion.html
  • Oberem, U. (1957). LOS INDIOS QUIJO DEL ESTE DEL ECUADOR. Universidad de Bonn. https://revistasdivulgacion.uce.edu.ec/index.php/HUMANITAS/article/download/78/72/70
  • Pucara, T. (s. f.). Jambic Yuyu Yuraguna Plantas que Curan. Oralidadmodernidad.org. Recuperado 14 de enero de 2025, de https://oralidadmodernidad.org/storage/Jambic_Yuyu_Yuraguna_Cotopaxi.pdf
  • Youtopia+Rett. (2023, diciembre 21). Población indígena tiene menor esperanza de vida por consumo de agua de mala calidad. Youtopia + RETT. https://youtopiaecuador.com/poblacion-indigena-menor-esperanza-vida-agua/
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