Los Yanomami son una etnia indígena localizada en la Amazonía de Venezuela y Brasil. Según Mattei, citado por Acuña (2014) (1), desde el punto de vista lingüístico se identifican cuatro subgrupos: el Yanomami que vive principalmente en el estado Amazonas de Venezuela; el Yanomam asentado sobre todo en Brasil; y el Sanema y Yanam que se encuentran más al norte (estado Bolívar) y se distribuyen entre Venezuela y Brasil. Conforman la familia lingüística Yanomami, también denominada nación Yanomami.
Territorio Yanomami
De acuerdo con la tradición oral Yanomami, el centro histórico de su hábitat se localiza en la sierra Parima, divisoria de las aguas entre el Orinoco superior y los afluentes de la margen derecha del río Branco (ISA, S.f.) (5). Actualmente los Yanomami viven principalmente en la selva húmeda tropical en un territorio de 192.000 Km2 que se extiende en la zona fronteriza entre Venezuela y Brasil, en la región interfluvial Orinoco-Amazonas (Acuña, 2014) (1).
El territorio yanomami venezolano se encuentra protegido desde 1991 como Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAES), localizado dentro del Parque Nacional Parima-Tapirapecó y la Reserva de la Biosfera Alto Orinoco-Casiquiare (Acuña, 2014) (1). El territorio brasileño de los Yanomami comprende una superficie de 96.650 km² en los estados Amazonas y Roraima; tierras protegidas y ratificadas por Decreto presidencial del 25 de mayo de 1992 (Da Silva, 2020) (4).
Población
Según Survival Internacional (2021) (6), una población aproximadamente de 38.000 Yanomamis se extiende a ambos lados de la frontera entre Venezuela y Brasil
Cosmovisión general del pueblo Yanomami
Para los Yanomami “urihi” o la tierra-selva se concibe como una entidad viva inserta en una dinámica cosmológica de intercambios entre lo humano y lo divino (ISA, S.f.) (5).
Están convencidos de que en cada animal, árbol y piedra habita un espíritu, por ende guardan un gran respeto por la naturaleza.
Según Cordoliani (2013) (3), la mitología Yanomami expresa que provienen de la sangre derramada por la luna sobre la tierra.
Las 4 regiones
Estos indígenas creen en la existencia de un mundo sobrenatural. En este sentido, Aparicio y Tilley (2015) (2), explican que desde la cosmovisión Yanomami se identifican cuatro regiones o capas, situadas en forma de estratos.
La capa superior o Duku kä Misi es la más antigua y en la que se originó el cosmos.
La capa intermedia o Hedu kä Misi comprende dos niveles: el nivel superior que es el lugar donde moran los difuntos y se localizan aldeas, cultivos y animales, mientras que el nivel inferior, visible desde la tierra, es donde se encuentran los cuerpos celestiales.
El origen de Hei kä Misi se debe a la ruptura y caída de un trozo de Hedu kä Misi; es el lugar donde habitan los Yanomami y en el que se origina la vida terrenal.
La región inferior o Hei tä Bebi, es una zona estéril donde habitan los seres más crueles, y la región Hetu misi suwë que se encuentra en el estrato más inferior, es donde residen enormes lombrices y por tanto constituye un espacio relacionado con la putrefacción.
Economía
Poseen una economía de subsistencia con base en la horticultura del conuco o pequeña parcela, siendo los principales cultivos: yuca, plátano, ocumo, caña de azúcar, maíz, ñame, papaya, camote, aguacate, limón, naranja, mango, merey, entre otros. También se dedican a la caza, pesca y recolección de frutas silvestres. Es muy común el intercambio por trueque y el comercio con el exterior es prácticamente inexistente (Acuña, 2014) (1).
Organización y vida social
Muy apartados del resto del mundo, los Yanomami viven en grandes casas comunales de forma cónica o de cono trunco llamadas shabonos, considerada una unidad económica y política autónoma, donde además celebran sus rituales.
Prefieren contraer matrimonio con un primo (a) cruzado (a), es decir hijo (a) de un tío materno y una tía paterna. No obstante, también son posibles relaciones de intercambio matrimonial, ceremonial y económico con varios grupos vecinos (ISA, S.f.) (5).
No consideran necesario usar vestimenta y adornan su cuerpo con pinturas, hojas, plumas y especialmente palitos de bambú que se ponen en el tabique de la nariz y alrededor de los labios (Cordoliani, 2013) (3).
En general, los Yanomami son reconocidos por ser waitheri, es decir, guerreros, valientes, estoicos, con capacidad de sacrificio y de resistencia frente al combate; además suelen ser generosos y dados a compartir (Acuña, 2014) (1).
Rituales funerarios
Según Aparicio y Tilley (2015) (2), las comunidades Yanomami realizan prácticas y rituales funerarios que pueden clasificarse en dos fases:
- a) cremación del cuerpo del difunto y trituración de los huesos, recogiendo con cuidado los restos convertidos en cenizas para su posterior almacenamiento y custodia;
- b) realización de una ceremonia intercomunitaria que reúne a los familiares y amigos del difunto.
Según la cosmovisión de estos aborígenes, durante la primera fase, con la cremación se libera el espíritu del fallecido para que pueda reunirse con sus antepasados en el Hedu kä Misi.
También son destruidas sus pertenencias y su antigua identidad entre los vivos porque la persona no vuelve a ser mencionada por su nombre, pues sería como llamar a la propia muerte.
En la segunda fase o reaho se articulan dos grupos, uno constituido por familiares del difunto o miembros del shabono y el otro por amigos y familiares pertenecientes a otras comunidades (Aparicio y Tilley, 2015) (2).
La práctica del endocanibalismo
En la segunda fase de los rituales funerarios de los Yanomami se realiza la práctica de endocanibalismo, mediante la ingesta de las cenizas del difunto mezcladas con el carato (Aparicio y Tilley, 2015) (2), ésta es una bebida que se prepara agregando trozos de casabe, harina de masa o yuca hervida en agua.
La ceremonia está estrechamente vinculada con la cosmovisión del pueblo Yanomami con base en la regeneración de las fuerzas vitales y el mantenimiento tanto del universo como del grupo propio, favoreciendo el viaje del alma del difunto hacia el Hedu Kä Misi, teniendo especial previsión de que no se derrame nada de esta preparación para poder alcanzar estos propósitos.
Referencias
- Acuña, A. 2014. Del chamanismo y la festividad social al fútbol yanomami: una nueva manera de compartir y competir. Nueva antropología, 27, (80), 111-137.
- Aparicio, J.M. y Tilley, C. D. 2015. El endocanibalismo en los rituales funerarios del pueblo Yanomamo. TRIM, (8), 73-92.
- Cordoliani, S. 2013. 7 etnias de Venezuela. Caracas: Fundación Empresas Polar. Recuperado de https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/media/16581/coleccion_7de7_etnias_lw.pdf.
- Da Silva, J.P. 2020. Saberes dos povos indígenas Maya e Yanomami. Desafios epistémicos no proceso de descoloniçao. Boa Vista: Universidade Federal de Roraima. Recuperado de https://redglocal.org/wp-content/uploads/2021/02/Saberes-de-los-Pueblos-Indigenas.pdf.
- Instituto Socioambiental, ISA. S.f. Povos indígenas no Brasil. Recuperado de https://pib.socioambiental.org/es/Povo:Yanomami.
- Survival Internacional. 2021. Los yanomamis. Recuperado de https://www.survival.es/indigenas/yanomami.