Antes de comenzar nuestro relato, primero expliquemos varias cosas, empezando por quiénes son los Sateré-Mawé, cuyo nombre significa, Sateré, oruga del fuego, con un simbolismo propio del clan, que se identifica, desde su origen, con antepasados animales. Mawé se emparenta con la inteligencia del papagayo. La etnia, constituida por unas 13.000 personas, habita principalmente en la región media del río Amazonas, entre el estado Amazonas y el río Pará. Allí se desempeñan como agricultores, principalmente de guaraná y yuca, recolectores de miel y castaña y hábiles artesanos utilizando tallos y hojas de palma. Una de sus piezas artesanas más reconocidas es el porantim, de pieza de madera de metro y medio de alto con dibujos geométricos grabados en bajo relieve y recubiertos por tabatinga, una pintura blanca.
Los miembros de esta etnia se autodenominan como los hijos del guaraná. El guaraná (Paullinia cupana, P. sorbilis) es un arbusto perenne, leñoso, de las Sapindáceas, nativo de la región amazónica, considerado un estimulante natural, físico y cognitivo, que se emplea para combatir la fatiga, la depresión, y para aromatizar bebidas energéticas, incluso es reputado como afrodisíaco. De la planta se usan las hojas y las semillas. Con las semillas, tras cocerlas y molerlas, se elabora una pasta, mezclada con mandioca (yuca), a la que se le da forma de bastón o barras que luego se seca al sol. Rallando esos bastones en agua, se prepara una bebida, el capó, que es la bebida cotidiana y ritual de los miembros de la etnia.
Los Sateré-Mawé habitan en comunidades regidas por un tuxaua, el jefe, que actúa como la máxima autoridad encargada de resolver conflictos, organizar las ceremonias y orientar las actividades agrícolas y comerciales de la comunidad.
La cultura de esta etnia está enraizada, como otras culturas indígenas amazónicas, en varias leyendas que conforman mitos de origen, de transición, de su relacionamiento con plantas como el guaraná y de episodios de guerra.
Ritos de iniciación
El rito de pasaje es central en una cultura. indígena o no. Un rito de pasaje o de paso son ritos de iniciación que tiene toda sociedad para que sus miembros accedan a una condición que les permita el desarrollo de ciertas actividades dentro de una sociedad, que de otra manera les estarían prohibidas. Hay ritos de pasaje en el inicio del ejercicio activo en las religiones como, por ejemplo, el bautismo, en el catolicismo, para la iniciación en la fe cristiana, o el bar mitzav, en el judaísmo, para celebrar el paso de la niñez a la adolescencia, a los trece años. Para cumplir el rito es necesario que el individuo supere algunas pruebas, a veces difíciles.
La fiesta de las tocandiras
En el caso de la etnia Sateré-Mawé, para pasar de niño o adolescente a adulto, los varones deben someterse a la prueba de la resistencia a la picadura de las tocandiras (Paraponera clavata), que son hormigas gigantes amazónicas, cuya picadura está en el nivel más alto de dolor del índice creado por el entomólogo estadounidense Justin Schmidt. Este índice mide en una escala de 1 a 4 la intensidad de dolor producido por la picadura de insectos. El valor cuatro es un dolor tan intenso, que dura un día completo. Schmidt lo describe así:
“Es como caminar sobre brasas ardientes, con un clavo de tres pulgadas enterrado en el talón”.
Justin Schmidt
La tocandira es llamada también hormiga veinticuatro, porque el dolor dura unas veinticuatro horas, u hormiga bala, porque el dolor que provoca es similar al recibido por el impacto de un disparo en el cuerpo.
Este singular rito de iniciación se conoce con el nombre de fiesta de las tocandiras. Empieza con la búsqueda de las hormigas gigantes en la selva. Una vez capturadas, se las adormece usando una preparación de plantas para luego poder manipularlas. Las hormiga, aún adormecidas, son colocadas en el interior de un guante hecho con fibras vegetales. Al comenzar la ceremonia, cuando las hormigas están despertándose del letargo inducido, el iniciado introduce su mano en el guante lleno de hormigas, y debe aguantar las picaduras, sin llorar, al menos durante unos diez minutos. Algunos no soportan, y gritan y lloran, vencidos en su intento. Entonces, los intentos deben repetirse hasta que venza en la prueba. Al quitarse el guante, el dolor se intensifica, porque el veneno comienza a surtir efecto y se vuelve casi insoportable.
Efectos del veneno
El veneno es la poneratoxina, inyectado por la hormiga a través de la mandíbula, puede causar una severa parálisis respiratoria, aparte de eritema (enrojecimiento de la piel debido al aumento de la sangre contenida en los capilares) y edema (hinchazón en el área afectada). La poneratoxina es un péptido neurotóxico paralizante que bloquea la transmisión sináptica en el sistema nervioso central. Los que han estudiado el tema, señalan que un efecto beneficioso de la picadura puede ser el reforzamiento del sistema inmunitario de la víctima de la picadura para resistir venenos similares.
El Dr. Rafael Cartay es un economista, historiador y escritor venezolano mejor conocido por su extenso trabajo en gastronomía, y ha recibido el Premio Nacional de Nutrición, el Premio Gourmand World Cookbook, Mejor Diccionario de Cocina y El Gran Tenedor de Oro. Inició sus investigaciones sobre la Amazonía en 2014 y vivió en Iquitos durante 2015, donde escribió La Tabla Amazónica Peruana (2016), el Diccionario de Alimentos y Cocina de la Cuenca Amazónica (2020), y el portal en línea delAmazonas.com, de del cual es cofundador y escritor principal. Los libros de Rafael Cartay se pueden encontrar en Amazon.com