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La leyenda del oso

junio 12, 2022

Cuento amazónico ecuatoriano.

oso frontino

A la tierra de la cordillera de las Galeras llegó un día una cría de oso con el cuerpo malherido. Venía del cerro de Huayrapunca, que los indígenas llamaban La Puerta del Viento. Había recorrido una larga distancia, huyendo de no sabe qué cosa y se desconocía cómo había podido llegar con vida. El osezno, débil y cansado, se acomodó como pudo en un lecho de hojas secas, sin dejar de quejarse del dolor que sentía.  

Un joven indígena de una aldea cercana había salido a pescar, y oyó los lamentos del animalito herido. Buscando entre la maleza halló al osezno. Lo tomó entre sus brazos y llevó a su casa para curarlo y criarlo.  Le desinfectó sus heridas usando hierbas medicinales y lo alimentó con frutos de la selva. El osezno crecíó jugando con los niños de aldea. Se había vuelto una gran montaña peluda que medía unos dos metros, pero era inofensivo y  querido por todos. A veces desaparecía de la aldea y volvía, al otro día,  con algún animal del monte entre sus fauces. Parecía que esa era la manera de retribuir el afecto que había recibido de la gente de la aldea. 

Hasta que un día el oso desapareció misteriosamente de la aldea. Lo  buscaron durante un tiempo sin  ningún resultado. El oso probablemente habría regresado al lugar de donde había venido. Y empezaron a olvidarse de él.

La vida continuaba en la aldea. De vez en cuando, alguien recordaba al oso. El indígena que lo había salvado también había crecido, y  estaba enamorando de una joven de una aldea cercana, a la que visitaba con frecuencia. Pero un día se distrajo conversando y se le hizo tarde. Regresó a su casa, pero atemorizado por el ruido incesante y la lúgubre apariencia de la selva oscura.  En un recodo del  camino a su aldea  se le apareció, de improviso, un gran jaguar, del que no tenía escapatoria. Paralizado de miedo, cerró sus ojos, sintiendo próxima su muerte,  y recordó los mejores episodios de su vida; su familia, el río y sus amigos,  su amada, el osezno que salvó y con el cual se había encariñado. Oyó el furioso rugir del jaguar que se acercaba y, de pronto, se produjo un fuerte ruido de ramas que se quebraban con fuerza, y el estrépito de una cruenta batalla: era el oso y el jaguar que se enfrentaban. De la pelea salió victorioso, aunque herido, el oso que él había salvado cuando era apenas un osezno. Regresaron ambos a la aldea. El oso sanó de sus heridas, y desde entonces se convirtió de protegido en protector de la comunidad. Pasaron varios años, hasta que el oso, sintiéndose viejo y enfermo, regresó a La Puerta del Viento, el lejano lugar de donde había venido.     

oso frontino
El oso frontino, llamado también de anteojos, es un animal típico de la fauna andina. Se encuentra áreas de montaña de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela. Éste modelo para mi en El Parque Zoológico y Botánico Bararida Barquisimeto, Estado Lara (Venezuela). Fuente: HumbRios, CC BY-SA 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0, via Wikimedia Commons
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Fuente:

Adaptación realizada por Rafael Cartay de leyendas recopiladas en:

Valarezo, S. J. A. (2002). La selva, los pueblos, su historia: mitos, leyendas, tradiciones y fauna de la Amazonía ecuatoriana. PDF

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