En este artículo te enseñaremos cómo sembrar la planta de pitahaya. Aprenderás a diferenciar las distintas especies y variedades, las características morfológicas y botánicas de la planta (raíz, tallo, flor, fruto), cómo se propaga o cultiva (por semillas y/o por esquejes) y finalmente sus desventajas, plagas y enfermedades.
La planta de pitahaya pertenece a la familia cactácea y mundialmente es conocida como «la fruta del dragón”. Su fruto es dulce y refrescante además rico en fibras, minerales esenciales, azúcares simples (oligosacáridos) y antioxidantes como las betalaínas, por lo que actualmente su cultivo ha despertado un creciente interés como recurso alimenticio, industrial y económico.
Origen de la planta de pitahaya
Esta planta con frutos gourmet es originaria de regiones boscosas de América del Norte, Central y América del Sur y se conocen en América Latina con el nombre común de pitahaya o pitaya (Esquivel, P. 2004).
Variedades de pitahaya: taxonomía
En términos científicos las variedades de esta planta se agrupan en dos géneros: Selenicereus e Hylocereus; y las especies más conocidas y apreciadas mundialmente son Selenicereus megalanthus (la pitahaya amarilla), e Hylocereus undatus, (la pitahaya roja) la cual es la más estudiada, por su amplia variación morfológica, fisiológica y genética (Janick, J. 2010).
Desde 1980 se han realizado esfuerzos para cultivar cactus de los géneros Hylocereus y Selenicereus.
Hylocereus undatus: la pitahaya roja
La planta de pitahaya roja (Hylocereus undatus) es trepadora, de tallos triangulares y las flores son rosadas, aunque es más atractiva en apariencia, la pitahaya roja es más delicada y vulnerable a daños en la fase de postcosecha (Becerra, 1986).
Dentro del género Hylocereus se agrupan un total de 14 especies siendo las más representativas Hylocereus undatus, H. polyrhizus, H. costaricensis, H. triangularis y H. purpusii, tradicionalmente conocidas como pitahaya roja.
Estas son cultivadas principalmente en Centro América (especialmente en algunas regiones de México) e Israel (Esquivel, P. 2004)
Debido a su potencial Hylocereus ha sido introducida con fines comerciales en Bahamas, Bermuda, the United States (Florida y California), Australia, Thailand, India, China, Taiwan, Philippines, Malaysia, Vietnam, Indonesia, Cambodia, Israel y otros países. Por su parte H. undatus ha tomado gran valor comercial en el Sureste de Asia (Nerd et al., 2002).
Selenicereus megalanthus: la pitahaya amarilla
La pitahaya amarilla Selenicereus spp., con 20 especies (Tel, Z. 2004) son consideradas especies con valor comercial en sudamérica en países como Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
Por su parte Colombia es el principal proveedor de pitahaya amarilla en el mundo; luego están Israel y México. Holanda, Alemania, Francia y Reino Unido son los principales países de exportación de la pitahaya colombiana (García, M. 2003).
La especie de pitahaya amarilla (Selenicereus megalanthus) trepa sobre los árboles y rocas; las flores son blancas; el ángulo entre las yemas de los cactus es cóncavo. Esta característica permite diferenciarla de la pitahaya roja, en la cual el ángulo entre las yemas es convexo.
La pitahaya amarilla es la de mayor interés agronómico porque sus frutos son más dulces que los de la pitahaya roja; además, son más resiste en la etapa de postcosecha sobre todo en el transporte y almacenamiento (Becerra, 1990; García, 2003).
Por su parte Forero et al. 2008 indica que el tiempo de vida en estante de la pitahaya amarilla dura cuatro semanas, es decir el doble de la duración de la pitaya roja que es de dos semanas.
Características botánicas de la planta
Tallo
Las plantas de pitahaya están conformadas por un tallo xerofítico, filocladio, triangular y suculento de color verde que asume las funciones fotosintéticas debido a la abundante presencia de cloroplastos.
Presentan tres aristas, son cóncavos a los lados, con areolas en sus bordes, las cuales tienen grupos de espinas de 2 a 4 mm, consideradas como hojas modificadas (García, M. 2003).
La pitahaya es una planta perenne, trepadora, debido a que su tallo les impide sostenerse a sí mismas, en su ambiente natural utilizan el tronco de un árbol vecino, rocas o en viveros utilizan tutores a manera de soporte.
Raiz
Las plantas que crecen de esta forma se llaman hemiepífitas; es decir, crecen sobre el tronco de un árbol y su raíz mantiene contacto con el suelo pero desarrollan también raíces aéreas para sostenerse en el tronco (Rodríguez, C. 2000)
Flores
Las flores tienen la particularidad de abrir solo una vez en las horas de la noche, en un periodo de una hora a hora y media después de ocultarse el sol y se cierran aproximadamente seis horas después del amanecer (Weiss et al., 1994), razón por la cual se conoce como “reina de la noche”.
Otra característica de sus flores es que son hermafroditas y actinomorfas, se insertan directamente sobre los tallos, tienen forma tubular, son grandes (de 20 a 40 cm de longitud y hasta 25 cm en su diámetro mayor), el verticilo sexual masculino lo integran numerosos estambres dispuestos en espiral que producen granos de polen.
El ovario del gineceo es ínfero con numerosos carpelos que se prolonga en un único estilo cubierto por brácteas escamosas.
Los sépalos son amarillos; los pétalos blancos, amarillos o rosados (Weiss, J. et al., 1994). Esta flor además de ser vistosa presenta una cámara nectarial, puesto que exhala una fragancia delicada con olor a banano y vainilla resultando muy atractivas para los polinizadores.
La polinización natural es realizada por los murciélagos que visitan las flores en la noche, y por abejas en las horas del día, son atraídos por el néctar que producen.
Las flores tienen forma de trompeta; al comienzo están en posición erecta y cuando se abren dirigen su posición hacia la luz.
Una vez polinizadas, las flores toman una posición colgante y duran pocas horas; la formación del fruto, desde la polinización hasta el estado de recolección, comprende entre 4 y 8 meses, dependiendo de la temperatura (Becerra, 1990; García, 2003).
El periodo de brotación de la areola hasta flor abierta transcurre de 45 a 50 días; el de flor abierta a fruta es 100 a 120 días (Becerra, 1987).
Fruto
Es una baya globosa o subglobosa (dehiscente en Hylocereus e indehiscente en Selenicereus), mide en promedio de 8 a 15 cm de largo y de 6 a 10 cm de diámetro. A diferencia de los frutos de otras cactáceas, como la tuna, su fruto no presenta espinas, en cambio exhibe brácteas muy vistosas (Montesinos, J. et al., 2015).
La maduración del fruto de pitahaya, es el proceso donde el fruto alcanza las características sensoriales aptas para ser consumidas. Esto ocurre como resultado de la profunda restructuración metabólica y química que tienen lugar el transcurso de la maduración y concluyen en evidentes cambios principalmente en el color, sabor, olor, textura (Alvarado-Romero, 2014).
Los frutos completan su desarrollo en 39 a 52 días contados desde la apertura del botón floral hasta que alcanzan la madurez de consumo en la planta (Weiss et al., 1994). La maduración del fruto de pitahaya inicia con una coloración rojiza y termina con la caída del fruto; para evitar esta última, los productores cosechan en un estado intermedio.
Cultivo o Propagación del Fruto del Dragón
La pitahaya se propaga sexual y asexualmente mediante esquejes o injertos; aunque la semilla presenta buen poder germinativo, no es recomendable, puesto que la planta procedente de semillas tiende a degenerarse (Becerra, 1986).
Según Gunasena, H. y col. (2010) en la pitahaya, la principal forma de propagación es vegetativa, a partir de los tallos, esquejes o cladodios, de manera natural a través de la separación de los tallos y en el caso de plantas cultivadas, mediante trasplante directo en el terreno definitivo o su colocación en bolsas con sustrato hasta la formación de nuevos tallos.
También se reproducen por medio de semillas, diseminadas por aves y otros animales; fundamentalmente murciélagos en el caso de las pitahayas rojas (Osorio, O. et al. 2001); no obstante, para fines de cultivo, la propagación sexual no es recomendable, ya que las plantas requieren demasiados cuidados en tanto se trasplantan y tardan de cuatro a seis años en llegar a su etapa reproductiva (Gunasena, H . et al. 2010)
La importancia del cultivo de pitahaya se evidencia por la gran variabilidad genética, adaptabilidad a diversas condiciones ambientales, productividad, rentabilidad.
Es un cultivo con una gran adaptabilidad a las condiciones ambientales, rentable y que tiene demanda en los mercados regionales e internacionales.
Desventajas
Becerra (1990) reporta que, en las primeras plantaciones, el cultivo de la pitahaya mostró su rusticidad; a medida que se incrementaron los cultivos, se fueron presentando problemas de plagas y enfermedades que actualmente requieren mayor control.
La presencia de numerosos insectos plaga se ve afectada por la aparición de algunos patógenos que inciden en la producción de la fruta generando preferencias en los cultivos.
Enfermedades
La pudrición blanda de los tallos de la pitahaya es una enfermedad asociada con dos bacterias, que está presente en algunas regiones productoras de las especies H. undatus y H. purpusii.
La acción bacteriana induce la pudrición a partir de los 15 días de su presencia en el cultivo.
La especie undatus es la más susceptible, debido a la deficiencia de Ca y N, lo que favorece el desarrollo del patógeno.
De forma general la severidad de esta afección en plantas de pitahaya se asocia con deficiencias nutricionales (Valencia, B. et al., 2003).
Entre las principales enfermedades de origen fúngico más importante se reporta la antracnosis (Colletotrichum gloesporoides) con una incidencia del 16,6 %, pudrición basal (Fusarium oxysporum) con 29,3 %, daño por fumagina (Cladosporium) 34,2 %, marchitez (F. oxysporum) con 36,6 %, pudriciones en penca (F. oxysporum) con 47,5 % y roña de la fruta con 48 % ( Becerra, 1990).
Plagas (Insectos)
Con respecto a plagas e insectos la mosca de la fruta o mosca suramericana (Anastrepha fraterculus Wiedemann) es uno de los mayores problemas en los cultivos de pitahaya.
El daño es causado cuando el adulto oviposita en la flor y cuando la larva eclosiona y se alimenta dentro del fruto maduro; la pulpa se torna de color marrón, siendo más oscuro hacia la parte exterior de las galerías que forman, además, barrena el tallo (Becerra, 1990; Rodríguez et al., 1993; García, 2003).
También se ha reportado otros insectos que inciden negativamente en el cultivo de la pitahaya como el barrenador de tallos y frutos (Lepidoptera, Pyralidae), el minador de tallos (Lepidoptera, Gracilaridae), Ceratitiscapitata y Anastrephaludens; las hormigas arrieras o cortadoras (Acromyrmexocto espinosus) y las hormigas de fuego (Solenopsis geminata) (García, 2003).
Otros productos relacionados para el cultivo
Referencias:
- Esquivel, P., & Araya, Q. Y. (2012). Características del fruto de la pitahaya (Hylocereus sp.) y su potencial de uso en la industria alimentaria. Revista Venezolana de Ciencia y Tecnología de Alimentos, 3(1), 113-129. (PDF)
- Montesinos, J., Rodríguez, L., Ortiz, R., Fonseca, M., Ruíz, G., y Guevara, F. 2015. PITAHAYA (Hylocereus spp.) un recurso fitogenético con historia y futuro para trópico seco Mexicano. Cultivos Tropicales, vol. 36 (no.especial), 67-76. (PDF)
- Becerra, L. (1986). El cultivo de la pitaya. 7a. ed. Bogotá: Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. (PDF)
- Becerra, L. (1987). La pitaya: cultivo con futuro. Horticultura Moderna, (5):7-10. (PDF)
- Esquivel, Patricia. 2004. Los frutos de las cactáceas y su potencial como materia prima. Agronomía Mesoamericana. 15(2):215-219. (PDF)
- Esquivel, Patricia; Stintzing, Florian C. and Carle, Reinhold. 2007c. Phenolic compound profiles and their corresponding antioxidant capacity of purple pitaya (Hylocereus sp.) genotypes. Zeitschrift für Naturforschung. 62c(9/10):636-64 (Fuente)
- Forero, A., Medina, J., García, M. y Reinel-Garcia, H. Diseño y construcción a nivel piloto de un sistema de almacenamiento para pitaya. Corpoica Cienc Tecnol Agropecuaria 2008; 9(1):40-55. (PDF)
- Gunasena, H . P. M . ; Pushpakumara, D. K. N. G. y Kariyawasam, M. ‘‘Dragon Fruit Hylocereus undatus (Haw.) Britton and Rose’’. En: Pushpakumara D. K. N. G., Gunasena H. P. M., y Singh V. P., Underutilized fruit trees in Sri Lanka, edit. World Agroforestry Center., New Delhi, India, 2010, pp. 110–142, ISBN 978-955-9224-33-4. (Fuente)
- García, M.C. 2003. Pitaya: cosecha y poscosecha. Bogotá: Corpoica-Pronatta. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. (PDF)
- Janick, J. Horticultural Reviews. vol. 18, edit. John Wiley & Sons, 22 de junio de 2010, 402 p., ISBN 978-0-470-65059-2.
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- Quintero, M. L (25 de octubre de 2020) «Cómo sembrar pitaya» recuperado de pitaya.store.
- Rodríguez Canto, A. Guía Técnica para la producción de plantas de pitahaya en viveros [en línea]. edit. Universidad Autónoma de Chapingo, Chapingo, México, 1997, 70 p., ISBN 968-884-432.
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- Weiss, J.; Nerd, A. y Mizrahi, Y. ‘‘Flowering Behavior and Pollination Requirements in Climbing Cacti with Fruit Crop Potential’’. HortScience, vol. 29, no. 12, 12 de enero de 1994, pp. 1487-1492, ISSN 0018-5345, 2327-9834. (PDF)
Biólogo – Universidad de Oriente – núcleo de Sucre. Venezuela (2013). Profesora de Biología hasta el 2018 de la Universidad de Oriente – núcleo Bolivar. Certificada en gestión de calidad e inocuidad alimentaria ISO 22000 y gestión de la calidad en laboratorios ISO 17025. Actualmente vive en Ecuador. Senescyt Nro. 8622122546
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