María La Placa nace en La Paz, Bolivia, en el año 1962, hija del reconocido artista plástico Alfredo La Placa y la pianista Litta Haus. Quienes inculcaron el arte a su hija desde sus primeros años, por lo que actualmente se considera una artista multifacética.
Inmersa en el arte desde la cuna
El hecho de tener unos padres artistas destacados, indudablemente influyen en formarle una vena artística a la pequeña María, quien desde muy joven empezaría haciendo ilustraciones para las tareas de sus compañeros de clases, ahí también empezó a vender sus trabajos los cuales mayormente eran retratos de los autores que estudiaban en el curso de literatura.
«Cuando nos preguntaron en tercero básico qué queríamos ser, yo dije pintora y pianista porque mi madre era pianista y profesora de piano”. Recuerda la artista sobre su infancia.
Se declara semi autodidacta, aunque además de su padre tuvo otros maestros de pintura como Mafalda Córdova y María Geuer, de quienes aprendería las técnicas para dibujo y collage además de otras técnicas plásticas.
En su juventud viaja a Holanda y logra seguir su formación en la Universidad Libre de Utrecht, realizando cursos de pinturas de desnudos y modelos, también le debe su formación a la influencia de los grandes maestros que pudo estudiar en Europa como Van Gogh, El Bosco, Rembrandt y Gauguin entre otros.
En el año 1986 empieza su carrera profesional al realizar su primera exposición individual sobre grabados en la ciudad de La Paz de su nativa Bolivia, de ahí en adelante le seguirán exposiciones por varios países.
Entre una de sus muestras más sentidas se encuentra la dedicada al Amazonas que recorrió países de América y Europa, en ella pudo transmitir la enorme belleza de la selva amazónica boliviana con su enorme riqueza de flora y fauna única.
María La Placa reconoce a la Amazonía como una de sus grandes influencias, se declara en conexión con la naturaleza en todo su esplendor y es seguidora de los mitos de las guerreras Amazonas. Esta conexión con la selva también se la debe a su padre y hermanas, por lo que la artista considera a la naturaleza como la principal maestra de todo creador.
Reconoce a su arte como figurativo, se inspira en lo femenino por eso pinta muchas mujeres, lo que la hace transmitir su propio sentir, se considera una mujer guerrera y batalladora como suelen ser todas las mujeres bolivianas, según su propia afirmación.
El diseño de modas su otra pasión
Además de la pintura y la música, María La Placa se inclinó por el diseño de modas que tuvo la oportunidad de estudiar en el Instituto técnico de Leiden en Holanda. Allí se especializó en realizar vestuario para bailarinas de ballet y danza contemporánea.
Desde el año 2005 reside en Barcelona, España. Ahí se dedica a diseñar su línea de ropa a la que también decora con sus dibujos y que ahora firma con el seudónimo de Berenice, siempre con la firme intención de seguir plasmando su arte polifacético.