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Mujeres del Amazonas

Las 8 etapas de la vida: de niñas a chamanas...

mujeres del amazonas

Las mujeres del Amazonas fueron primero conocidas por ser guerreras feroces. Así lo registraron al menos los primeros conquistadores españoles quienes las relacionaron directamente con el mito griego de las Amazonas.

Tan fuerte fue esta impresión en ellos que terminaron bautizando de esta forma al río más largo y ancho del mundo, y por extensión, a todo el territorio que lo rodea y a sus afluentes.

Sin embargo, hoy en día no es común su intervención en actividades de caza y pesca, reservadas al hombre, e incluso tienen prohibiciones o tabúes culturales muy fuertes que limitan su participación en estas áreas.

Índice

Mujeres del Amazonas de carne y hueso

En la actualidad, las mujeres del Amazonas cumplen roles muy bien definidos dentro de la cultura de las diversas tribus o comunidades indígenas que habitan la cuenca del río Amazonas y su selva. Participar en la guerra NO es uno de estos roles.

Barrer

Entre sus actividades se cuentan el cuidado de la chacra o huertos propios de la agricultura indígena, la preparación de platos típicos y bebidas típicas de la región, así como el conocimiento y manejo de las plantas medicinales, aunque en esto tenga preponderancia el chamán.

Origen de la mujer según la mitología amazónica

Del mismo modo como en la mitología judeo-cristiana se dice que la mujer fue creada a partir de una costilla del hombre, existen también mitos y leyendas del Amazonas que tratan de explicar el origen de la mujer.

Según el mito del pueblo indígena amazónico peruano Kanpopiyapi o chayahuita, un Dios llamado Konpanama castiga a los hombres por el abuso del barbasco usado para la pesca y por agredirlo ante sus advertencias (Ochoa, 1992). 

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Envía entonces un diluvio y la tierra toda se inunda excepto un cerro y un árbol de zapote donde están montados dos hombres. 

El cerro y el árbol crecen mágicamente a medida que las aguas suben salvando a estas dos personas y a todos los animales que se trepan en él. 

Durante todo el tiempo que dura el diluvio ellos sobreviven comiendo zapote y también gracias a que el Dios les provee con unas sachapapas o papa de selva (Dioscorea trifida) mágicas que nunca se acaban. 

Finalmente el nivel de las aguas desciende y ellos vuelven a su vida normal en la selva, pero les hacen falta las mujeres. 

Cada vez que ellos salen a cazar, unas loras se transforman en mujeres, entran a sus viviendas y comienzan a hilar algodón. 

Siempre que los hombres regresan, ellas se han ido convirtiéndose en loras nuevamente.

Pero un día uno de ellos, picado por la curiosidad se devuelve y encuentra a las mujeres hilando. Ellas al darse cuenta de su presencia se convierten en loras nuevamente y se van para no volver nunca más. 

El Dios Konpanama lo convierte entonces en mujer. En una versión del mito una araña salta sobre su pene transformándolo en vagina, en otra versión es un pedazo de arcilla húmeda que cae sobre sus genitales convirtiéndolo en mujer.

El cuerpo de la mujer amazónica

Como hemos dicho, cada cultura indígena del Amazonas tiene sus propias creencias. Aunque a veces coinciden, es interesante compararlas y encontrar también sus diferencias.. 

Es así como entre los macuna de la amazonía colombiana el cuerpo de la mujer se compone en líneas generales por yuca y otros tubérculos, ají y frutas. Por su parte el cuerpo del hombre se compone principalmente de coca, tabaco y yagé.   

Pero los nukak, originarios de la misma región amazónica colombiana, tienen otras creencias. Para ellos los cuerpos del hombre y la mujer están hechos por igual de jugos de palmas y frutas Sin embargo esta regla tiene una excepción; sólo los hombres pueden manipular el eoro, un pigmento extraído por los chamanes de esta tribu. (Rubio, 2013)

Etapas en la vida de las mujeres del Amazonas

Aunque, no existe una cultura del Amazonas sino muchas, puesto que hablamos de una diversidad enorme de lenguas y etnias, cada una con sus mitos y ritos particulares, en líneas generales todas ellas comparten rasgos comunes, y así sus mujeres.

Aquí una breve reseña de las etapas en la vida de las mujeres del Amazonas y de sus aspectos característicos según se desprende de los estudios antropológicos y etnográficos realizados hasta la fecha en las distintas regiones de la cuenca amazónica.

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1. Niñez

Los guajibos de la Amazonía venezolana celebran más el nacimiento de las hembras que de los varones. Esto se debe a dos razones:  por un lado atraerán maridos al círculo familiar favoreciendo las alianzas y por el otro asegurarán la descendencia (Mosonyi, 1984).

A los bebés  recién nacidos hay que trabajarlos para que sean reconocidos como parte de la tribu, o “gente verdadera”, esto se hace de varias formas de acuerdo a la etnia. La identificación social temprana incluye no sólo cuestiones básicas como ser amamantado sino el contacto con adornos corporales como collares, brazaletes y amuletos. Los neonatos son objeto de rituales chamánicos sin los cuales podrían morir, ser secuestrados o incluso ser comidos por otras entidades externas del cosmos  (Rubio, 2013).

En muchos casos las niñas ya son prometidas o “reservadas” a sus futuros esposos desde el momento mismo de su nacimiento.

Entre los indígenas guajibos es común que los niños observen a sus padres teniendo relaciones sexuales y luego los imiten, a modo de juego. Debido a sus costumbres permisivas, poco restrictivas, los niños tienen una exploración sexual lúdica precoz que inicia a partir de los 6 o 7 años (Mosonyi, 1984)

La niñez para la mayoría de las mujeres del Amazonas tiene un límite biológico muy bien definido, dura hasta la primera menstruación o menarquía.

2. Menstruación, ritual de paso y aislamiento

La menarquía ocurre a los 12 años de edad en promedio, según un estudio realizado en el estado de Rondonia en el Amazonas brasilero, entre mujeres de la etnia Suruí (Valencia, 2010). Esta primera menstruación marca el momento para realizar el ritual de paso feminino hacia la adultez.

Otro estudio realizado en la Amazonía Peruana (Riaño, 2004) entre mujeres de distintas etnias (letuama, matapí, yukuna y tanimuka) del río Mirití, compara dicho ritual con el Yuruparí, o ritual de paso masculino. 

En ambos casos, la persona es aislada y sometida a una dieta especial. Para la mujer el ritual incluye

“baño, vómito, curación con sal de monte, corte de cabello y transmisión de conocimientos femeninos hacia las niñas”

Riaño, 2004

Los guajibos en Venezuela llaman a este ritual de paso femenino “Itoomo” y el procedimiento es muy similar. Ellos también confinan a las niñas en una casita aparte y las someten bajo un estricto ayuno.

Además se les prohibe dormir o gritar demasiado. Durante este tiempo se le enseña a tejer, hilar, coser y a hacer cerámica. Al final la llevan al río para lavarla, prueban sus habilidades con el cultivo y procesamiento de la yuca, la pintan, la visten con collares y adornos y celebran (Mosonyi, 1984).

Después de este ritual de paso, las niñas de 12 años en promedio ya están listas para el matrimonio y para experimentar su sexualidad. 

Durante el resto de sus vidas, las mujeres del Amazonas cada vez que menstrúan, deben aislarse y respetar restricciones puntuales de acuerdo a su cultura específica. 

La menstruación sigue siendo motivo de aislamiento y de tabúes alimentarios entre la mayoría de las culturas amazónicas. Estas restricciones culturales también aplican para visitantes externos. Cualquier mujer sea turista o investigadora que conviva entre dichas comunidades tendrá que apegarse a sus normas (Riaño, 2004).

3. Sexualidad y reproducción

La virginidad no es algo que los indígenas valoren, al menos no entre los Macuna y los Nukak, de la Amazonía colombiana (Rubio, 2013). Lo común es que antes del matrimonio  las niñas mayores de 12 años ya hayan tenido relaciones sexuales. 

En promedio las mujeres de la etnia Suruí (Brasil) quedan embarazadas a los 14 años y tienen 6 hijos, uno cada dos años (Valencia, 2010). 

Mujer Indígena Autor: Edgar Guerrero.
Fuente: LHommeDuMonde / CC BY-SA

La mujer sin hijos es considerada mezquina para los Macuna. Los Nukak, lo consideran una enfermedad que puede curar el chamán. Cuando esto sucede los chamanes y sus asistentes pasan a ser parte de la familia del niño, ya que sin ellos no hubiese podido nacer (Rubio, 2013).

Aunque la chacra, chagra, lugar de cultivo o huerto, es un lugar común para la unión sexual, cualquier lugar parece ser apropiado, como las hamacas, los ríos, la selva en general, sobre todo para las parejas jóvenes. Las parejas mayores son más recatadas. 

La charapa ardiente

En Perú, tanto en la costa como en la sierra, suele hablarse de la “charapa ardiente” para referirse a la mujer amazónica. El término implica que la mujer indígena de la selva es “caliente” o “fogosa” o que tiene menos tabúes sexuales o mayor deseo sexual que el común de las mujeres. 

Un estudio realizado por la Doctora en Salud Colectiva Angélica Motta (IMS/UERJ Frankfurt, Alemania) realizó una encuesta entre mujeres del Amazonas para sondear qué pensaban al respecto. 

La mayoría dijo que ellas eran exactamente igual al resto de las mujeres, negando de plano tal estigmatización sobre todo en cuanto a su connotación negativa de “fáciles” o “roba maridos”. De la investigación se desprende que esa fama se debe a diversos factores tales como:

  • Debido al clima cálido de la región, las mujeres llevan menos ropas o ropas muy ajustadas.
  • Hay un factor fenotípico étnico que las hace más atractivas (cintura delgada, entre otros)
  • Mayor soltura o menos tabúes, limitaciones o restricciones morales.
  • Perspectiva machista del poder que tiene sus orígenes en la época del boom del caucho.
  • Perspectiva de envidia o celos de las mujeres de Lima con respecto a sus hombres que se iban a la selva durante el auge de la explotación del caucho (Ver: Barones del caucho).

Amistad

Entre las mujeres es común abrazarse, peinarse, peluquearse, pintar sus rostros, hablar de intimidades o “chismosear”.   

4. Matrimonio

Entre los indígenas Napo-Quechua de la Amazonía Ecuatoriana, el matrimonio ocurre en 4 etapas bien definidas:

  1. Maquipalabra: solicitud informal de los padres del novio para «reservar» a la niña.
  2. Tapuna: solicitud de compromiso formal. 
  3. Pachtachina: un evento para formalizar las obligaciones de ambas partes.
  4. Bura: boda o ritual de unión muy costoso y elaborado.

A través de la profesora Blanca Moratorio de la Universidad de British Columbia (Vancouver – Canadá) y Profesora Asociada de Flacso en Ecuador, conocemos la historia de Francisca (Moratorio, 2005). 

Se trata de una niña rebelde que después de haber sido casada o vendida por sus padres, se fugó en tres oportunidades de la casa de su marido. 

Francisca logró finalmente lo imposible, forzar a su marido a irse a vivir con ella a casa de sus padres. 

Al parecer es común que las niñas se escapen de sus maridos, aunque el caso de Francisca y su persistencia es algo excepcional.

Poligamia

De acuerdo al testimonio de los awajún o aguaruna de la provincia de Condorcanqui en el Amazonas peruano, “el hombre sí podía tener varias mujeres, a veces los papás entregaban a dos o tres hijas a un solo hombre, porque les podía defender y mantener.” (Pintado y Meza, 2015). 

La poligamia no era un derecho universal de todos los miembros de las comunidades indígenas sino un privilegio de los hombres que ejercían el poder como los caciques, este rasgo es cada vez menos común debido en parte a la penetración de la cultura occidental y de las religiones.

Adulterio

Las sociedades indígenas amazónicas son relativamente tolerantes ante el adulterio. Aunque en el machismo dominante, a los hombres se les tolere más que a las mujeres. 

Al menos entre los nukak y los macuna no son comunes los pleitos por estos encuentros furtivos, con sus excepciones. El adulterio es menos grave cuando se produce con personas externas a la tribu, y más grave si se da entre hermanos o familiares cercanos por su condición incestuosa. Adicionalmente, será mayor el agravio cuando la mujer casada quede embarazada de otro hombre. En estos casos antes se podía proceder al infanticidio pero ahora es más común que el hombre simplemente abandone a la mujer, dejándola soltera (Rubio, 2013).

5. Roles, cotidianidad

Los roles sociales de acuerdo al género también están justificados en cierta forma por las creencias religiosas propias de las comunidades indígenas amazónicas. 

Por ejemplo, en el caso de los indígenas aguaruna de la provincia de Condorcanqui en el Perú, las deidades o espíritus principales diferencian claramente los ámbitos de acción del hombre y la mujer.

Es así como la diosa de la tierra, llamada Nugkui, se relaciona a la feminidad, el Dios del sol,  llamado Etsa, se relaciona a la masculinidad y el dios del río llamado Tsutki se relaciona con los poderes propios del chamán, que entre los aguaruna en particular no tiene restricciones de género (Pintado y Meza, 2015)

Vemos así cómo las mujeres están íntimamente ligadas a la tierra, al cultivo de la chacra, chagra o huerto indígena. En muchos pueblos indígenas ellas no pueden intervenir en la caza y en la pesca con sus excepciones. 

Por ejemplo, entre los guajibos de la Amazonía venezolana la mujer acompaña al hombre a cazar y a pescar donde demuestra sus habilidades. Del mismo modo, aunque en muchas etnias la cestería sea cosa solo de hombres, entre los guajibos intervienen también las mujeres. El arte de la fabricación de cerámica sí es algo meramente femenino en la mayoría de las comunidades. 

6. Parto

De acuerdo a las creencias de los guajibos existía en la antigüedad un hombre malo que ayudaba a parir a las mujeres. Este partero tenía la costumbre de comerse la placenta y las vísceras de las mujeres que daban a luz, e incluso en ocasiones devoraban al mismo recién nacido. Pese a que las mujeres de aquel entonces conocían las costumbres antropófagas de este personaje, recurrían a él pues no sabían cómo parir. 

Esto acabó con la aparición de Siipitoyoo, una diosa femenina que enseñó a las mujeres a parir de pié, en cuclillas, agarradas de la rama de un árbol y sobre una cama de hojas de plátano. Las mujeres guajibas se enorgullecen de poder parir solas, sin ayuda de nadie (Mosonyi, 1984).

7. Menopausia 

Alguien me dijo una vez que las mujeres del Amazonas eran como las asiáticas que casi no les venía la menopausia. Nada más lejos de la verdad.

Es verdad que las mujeres asiáticas tienen una menopausia con tasas mucho más bajas de síntomas, seguidas por las europeas y norteamericanas. Pero en ese ranking, las mujeres latinoamericanas están en muy mala posición y entre ellas las mujeres indígenas están peor.

Por si fuera poco, entre las mujeres indígenas, las amazónicas parecen estar en el último lugar. Los investigadores debaten si esto es debido a un factor genético, alimentario o a incluso altitudinal.

La gravedad de los síntomas de la menopausia se miden usando la Escala del índice de Menopausia o Menopause rating scale (MRS). La misma toma en cuenta 3 grupos de factores principales:

1. Factores somáticos-vegetativos: como sofocos y trastornos del sueño entre otros.

2. Factores psicológicos: como estado de ánimo, irritabilidad entre otros.

3. Factores urogenitales: incontinencia urinaria, sequedad de la vagina entre otros.

La escala va de 0 a 4, donde 0 es ausente y 4 es muy severo. Esto quiere decir que mientras más alto sea la puntuación menor la calidad de vida de las mujeres.

Síntomas de la menopausia en mujeres indígenas colombianas

En un estudio realizado en Colombia entre mujeres indígenas de 40-59 años, de la península de la guajira (wayuú), del resguardo indígena de San Andrés de Sotavento (zenúes) y de la Amazonía (ticuna, uitoto, ocaina) se determinó el grado de afectación de los síntomas de la menopausia a través de la escala antes mencionada arrojando los siguientes resultados (Monterrosa-Castro, 2012):

  • Las mujeres de las etnias amazónicas presentaron mayor sequedad vaginal y problemas sexuales.
  • En el dominio psicológico estaban peor las amazónicas y en el somático, las amazónicas y zenúes por igual. 
  • Fue mayor la cantidad de mujeres con deterioro severo de la dimensión urogenital en el Amazonas (57,1%)  seguidas por las de la guajira (42,4%) y las zenues (33,7%) 
  • En general las amazónicas tuvieron un puntaje más alto en la escala, lo que se traduce como dijimos, en un peor nivel de vida. 
  • Hay una importante presencia de mujeres con menopausia antes de los 45 años de edad en las poblaciones indígenas estudiadas, situación que se pudiera considerar normal para ellas. 

En indígenas movima de Bolivia la edad de la menopausia es aún más temprana alrededor de los 42 años en promedio, sin embargo, en indígenas de otras partes del mundo dicha edad está alrededor de los 50 años (14). 

En Ecuador la menopausia se presenta entre los 35 y 47 años, según datos del estudio Epidemiología ecuatoriana de la premenopausia, menopausia, y climaterio.

La solución: el autocuidado en la premenopausia

Aunque todo parece indicar que el deterioro en la calidad de vida de las mujeres del Amazonas responde en parte a un factor étnico o genético, una alimentación adecuada antes de la menopausia puede ayudar a reducir o mitigar los síntomas de la menopausia. La dieta recomendada incluye:

Vitamina D; esencial para la absorción y la utilización del calcio. Gran parte de ella se forma en el cuerpo con la exposición de la piel al sol; sin embargo, los aceites de pescado, la mantequilla y el hígado son buenas fuentes.

  • Alimentos bajos en grasas saturadas y colesterol (disminuir la grasa sobre todo de origen animal)

8. Chamanas

Un rasgo a favor de las mujeres en la etapa de la menopausia es que al dejar de menstruar, quedan sin efecto las normas que limitan su actuar debido al sangrado, y por consiguiente se le posibilita la toma de substancias masculinas como el yagé o ayahuasca y puede iniciarse en las prácticas chamanísticas. En una palabra: pueden volverse chamanas. 

Bibliografía

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