La ayahuasca es una planta sagrada o maestra de la Amazonía, que fue identificada para el mundo científico por el botánico británico Richard Spruce en 1851.
La encontró entre los grupos indígenas amazónicos asentados en las márgenes de los tributarios del Río Negro, en Brasil; en las cataratas del río Orinoco en Venezuela, y en zonas del este del Perú y el Ecuador (Trujillo et al 2010).
El Dr. Rafael Cartay es un economista, historiador y escritor venezolano mejor conocido por su extenso trabajo en gastronomía, y ha recibido el Premio Nacional de Nutrición, el Premio Gourmand World Cookbook, Mejor Diccionario de Cocina y El Gran Tenedor de Oro. Inició sus investigaciones sobre la Amazonía en 2014 y vivió en Iquitos durante 2015, donde escribió La Tabla Amazónica Peruana (2016), el Diccionario de Alimentos y Cocina de la Cuenca Amazónica (2020), y el portal en línea delAmazonas.com, de del cual es cofundador y escritor principal. Los libros de Rafael Cartay se pueden encontrar en Amazon.com
Ayahuasca y cosmovisión indígena
La ayahuasca forma parte de la cosmovisión indígena amazónica.
Naranjo (2012: 74-75) refiere hermosos mitos shuar relacionados con el uso de esta planta.
diciembre 14, 2019
Mitos y leyendas amazónicas sobre la ayahuasca
Uno de ellos cuenta que había una vez un hombre muy sabio llamado Natem, que podia ver el pasado y vaticinar el futuro, pero no podia seguir en el mundo, porque las personas tienen que crecer.
Para ayudarlos, dejó su espíritu en una planta. Cuando los hombres beben el agua de esa planta pueden beber el espíritu de Natem.
Otro mito relata que a los quichuas de la Amazonía se les apareció un hombre sabio que podia dominar con facilidad al tigre y a la anaconda. Con sus ojos penetrantes veía el pasado y descubría los deseos de sus antecesores.
Un día les dijo a los hombres: “Yo soy la fuerza y la sabiduría, y concedo los dones de la masculinidad. Soy el espíritu de los antepasados a quienes debéis honrar”. Dicho esto, se convirtió en una planta trepadora, muy resistente, que llaman ayahuasca.
Las funciones de la ayahuasca como planta sagrada o maestra
Una planta sagrada o maestra se recolecta o cultiva con propósitos medicinales y religiosos (Chirif 2016).
Es, a la vez, medicina y símbolo espiritual. Pero es un medicamento especial, que cura la dolencia de la persona desde un plano superior, que es el mundo divino.
Es una planta maestra porque te enseña y te crea las condiciones para el autoconocimiento, la integración con la comunidad y el acceso a una superconciencia.
La ayahuasca es considerada en la Amazonía una planta “madre”, origen y guía de otras plantas.
Es una planta que, dicen los chamanes o taitas, tiene carácter, personalidad e inteligencia, y transmite conocimiento y poder (Landaeta-Casanova 2017, Scuro 2015, Luna 1986).
Para la mayoría de los grupos indígenas amazónicos, la enfermedad es el resultado de un desequilibrio entre el cuerpo y el espíritu.
Curar es restaurar el equilibrio perdido con la ayuda de sustancias sagradas y la intermediación de los chamanes o curanderos.
Equivale a lo que la ciencia médica llama homeóstasis, la capacidad de un organismo para mantener una condición interna estable, compensando por autorregulación los intercambios de materia y energía con el exterior.
El conocimiento de esas plantas sagradas es preservado celosamente en una comunidad nativa amazónica por la tradición, y transmitido de generación en generación a través de una autoridad especial, el chamán, que vigila celosamente la administración de la sustancia extraída de la planta sagrada, lo que se llama farmacológicamente su principio activo.
Todo medicamento está formado por un principio activo, que es el responsable de la actividad biológicamente activo o farmacológico, y por un excipiente, que es un complemento empleado para conseguir la forma deseada (cápsula, pomada, jarabe, inyección, etc.) y facilitar su preparación, conservación y administración.
La ayahuasca es un medicamento particular, porque altera el sistema nervioso central, produciendo efectos alucinógenos.
La toma responsable de la ayahuasca
Usar las propiedades de una planta sagrada, como la ayahuasca, para curar una dolencia, auto-conocerse o comunicarse con la energía divina, es muy importante, pero tiene sus riesgos.
Por eso debe realizarse con la intervención de un verdadero chamán, que conozca bien los principios activos, las dosis de la mezcla de sustancias administradas y las estrategias de recuperación de la normalidad de la conciencia para garantizar una experiencia controlada.
Efectos
La toma de la ayahuasca produce intoxicación, vómito, diarrea, deshidratación, aumenta el ritmo cardíaco y provoca alucinaciones.
El resultado puede ser una experiencia agradable o desagradable, y la lectura e interpretación de las visiones pueden ser muy especulativas.
Riesgos / peligros
Tomar la ayahuasca en un contexto urbano, con propósitos recreativos, en dosis no controladas y sin la orientación de un “dador” experto, puede comportar elevados riesgos que comprometan la salud física y mental del consumidor.
La razón es muy simple: el consumo de la ayahuasca produce muchos efectos: fisiológicos (la “purga” comporta vómitos y diarreas y otras sensaciones), psicológicos (estimula facultades extrasensoriales asociadas a las sensaciones de muerte y resurrección), alucinatorias y telepáticas (ligadas a capacidades adivinatorias o predictivas).
Esos efectos depende de la personalidad y la condición física de la persona que la ingiere, de la intensidad de la dosis y del contexto en el que se realiza la “toma”.
Un ritual, que es su escenario natural, importante en los procesos de socialización en las comunidades indígenas y mestizas, aporta y fija representaciones simbólicas que se expresan tradicionalmente dentro de una estructura social (Sánchez y Bouso 2015:4).
Las plantas sagradas enteogénicas
Una planta enteógena es aquella que provoca alteraciones de la conciencia ordinaria que lleva a un estado “místico” o un trance de éxtasis.
La palabra griega “entheos” quiere decir “dentro de Dios” o que “nos acerca a nuestro Dios interior”, y fue creada en 1979 por la asociación de tres expertos en cultura griega o helenistas C.A. Ruck, J. Bigwood y J.D. Staples, con el micólogo R.G. Wasson y el etnobotánico J. Ott, para designar las plantas medicinales ancestrales que contienen principios activos, cuya ingestión provoca alteraciones sobre el sistema nervioso central, modificando ciertos mecanismos fisiológicos o bioquímicos cerebrales.
Esas alteraciones modifican la actividad de neurotransmisores relacionados con la cognición, el estado de la conciencia y las manifestaciones emocionales y motivacionales ligadas con el comportamiento (Fericgla 1997).
Entre las plantas enteogénicas más conocidas figuran la ayahuasca, el peyote, la marihuana, la datura, el DMT, etc.
La mezcla de sustancias que conocemos como ayahuasca
La ayahuasca es un brebaje elaborado con la mezcla de dos plantas enteogénicas. Una es el yagé o ayahuasca, bejuco de la familia de las malpigiáceas que produce el efecto de inhibición de la monoaminooxidasa (IMAO), contenida en la liana Banisteriopsis caapi.
La palabra ayahuasca viene de dos vocablos quechuas: aya, espíritu, muerto, y de huasca, bejuco o soga.
La chacruna = DMT
La otra planta es la chacruna (Psychotria viridis), de la familia de la rubiáceas, cuyos hojas aportan la molécula dimetiltriptamina (DMT), responsable de las visiones y del aumento de la potencia y de la duración de los efectos (Tupper 2008).
Esta molécula se encuentra de forma natural en muchas especies vegetales y animales, e incluso en la orina humana (Barker et al 2012).
La mezcla es importante, porque la presencia de las dos plantas es necesaria para producir los efectos alucinógenos que se atribuyen al brebaje.
Las dos sustancias, la ayahuasca y la chacruna, actúan con dinámicas farmacológicas distintas cuando se someten a pruebas de laboratorio.
El DMT actúa de inmediato, mientras que los efectos de la ayahuasca aparecen más lentamente, de manera progresiva, transcurridos de 40 a 60 minutos tras su administración, alcanzando su efecto máximo a las 2 horas, y desapareciendo sus efectos después de 4 a 6 horas (ICEERS 2017).
Aplicada con fines medicinales, se ha encontrado que el uso continuo de la ayahuasca produce, en el mediano y largo plazos, aumento del bienestar de los usuarios regulares por la disminución del dolor físico en sus padecimientos.
La mezcla para preparar el brebaje no se limita solo a la ayahuasca o yajé combinada con la chacruna, que aporta la molécula DMT.
Otras mezclas posibles
Hay otras como la chapilonga (Diploteris cabrerana), una liana de las malpigacéas, que crece en el bosque húmedo tropical suramericano, y otras más (Castro et al 2017). Lo importante es encontrar la presencia de DMT en la mezcla, que aporta el elemento estimulador de las visiones.
Ott (1994) cita 97 especies pertenecientes a 39 familias botánicas que pueden adicionarse a la mezcla, y que divide en tres grupos: 1) Las que, sin ser psicoactivas, tienen valor terapéutico, como Mansoa allicea o Alchornea castancifolia. 2) las entéogenas o drogas visionarias, como Psychotria viridis o Brunfelsia grandiflora, y 3) las estimulantes, como Ilex guayusa, Paullinia yoco, Erithroxylum coca Lamarck).
El DMT es un enteógeno sintetizado por primera vez en 1931 de dos plantas distintas. Años más tarde, se identificó al DMT como “el primer psicodélico humano endógeno”, es decir, producido por propio organismo humano (Strassman 2001).
Se supo entonces que el DMT es el componente visionario de la ayahuasca y que actúa en la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, agregando cierta cantidad de DMT. Lo mismo que sucede con la práctica de la meditación, de la danza, de la música y otras expresiones culturales cercanas experiencias místicas y espirituales (Strassman 2001).
Estudios de neuroimágenes practicados a miembros de la iglesia Santo Daime, que tienen una larga historia de uso de la ayahuasca, el menos en 50 ocasiones en los dos últimos años, encontró el cortex más grueso en comparación con el de un grupo de control.
Esta diferencia está correlacionada con la autotrascendencia (self transcendence) del practicante, lo que sugiere que el uso regular de la ayahuasca pudo haber ocasionado alteraciones cerebrales que aumentaron las tendencias espirituales (Bouso et al 2015).
Un fenómeno similar al que se produce cuando hay entrenamientos y prácticas en algunas actividades como las musicales, asociadas a lo que se ha llamado la plasticidad cerebral.
Los especialistas sostienen que los efectos del uso de la ayahuasca en dosis moderadas es psicológicamente seguro. El impacto sobre el sistema cardiovascular es mínimo, produciendo leves aumentos en la presión sanguínea y en el ritmo cardíaco.
Los efectos de la ingestión son más que todo físicos: násueas, vómitos, sequedad en la lengua, deshidratación, lo que se conoce como la “purga” o la “limpieza”. Ese efecto emético o vomitivo limita el uso de la ayahuasca como bebida recreacional.
El informe técnico sobre la ayahuasca del ICEERS (2017:10) concluye que la ayahuasca es una sustancia con una aceptable seguridad de uso psicológico y psicopatológico, y con un potencial terapéutico.
Uso cultural indígena de la ayahuasca
La decocción de la mezcla de las dos plantas es empleada por los chamanes o shamanes indígenas y mestizos para curar enfermedades y revelar historias ocultas o que subyacen en el subconsciente de la persona que la ingiere.
El brebaje también es usado por jóvenes indígenas al realizar sus ritos de iniciación. Los ritos de iniciación marcan simbólicamente la transición de un estado a otro en la vida de una persona, como el pasar de la adolescencia a la adultez.
En este caso el joven es sometido a pruebas que, al superarla, es reintegrado a la sociedad en otra condición, la de adulto, con ciertos derechos como el de formar familia y participar en las decisiones de la comunidad. En ese proceso, el iniciado toma ayahuasca.
Zonas y contextos culturales de consumo de la ayahuasca
La ayahuasca se siembra y se consume tradicionalmente en las comunidades indígenas nativas de la Amazonía noroccidental como una práctica ancestral en los diversos rituales indígenas.
Se cultiva en las chacras o chagras por el propio chamán o taita, a partir de tallos medianos de yage, de unos 60 cm de largo y de 1 a 4 cm de diámetro.
¿Cómo se prepara?
Para la preparación del brebaje el yagé se corta en trozos y se pone a cocinar en agua, con hojas de chacruna, o el sustituto, hasta obtener el punto deseado por el chamán. Luego se deja enfriar, para consumir al día siguiente. (Beyer et al 2009, Schultes y Raffaud 1994).
Luna (1986a, 1986b) ha realizado una revisión exhaustiva, con más de 400 referencias bibliográficas, en la que señala más de 70 grupos indígenas que la consumen, o consumían tradicionalmente, y una recopilación de más de 40 nombres empleados para denominar el brebaje.
Su uso no se limita a los pueblos indígenas, sino que se ampliaba a los asentamientos de mestizos en la Amazonía (Labate, Cavnar y Gearin 2017, Labate y Cavnar 2014, Labate y Bouso 2013).
El uso de la ayahuasca entre las comunidades indígenas nativas está bien documentado en las regiones amazónicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil.
En Venezuela se carece de información, pero su uso entre los yekwana, con el nombre de khaáhi, fue confirmado por el naturalista y explorador Charles Brewer-Carías, especialista en la flora amazónica (comunicación personal, hotmail, 27.10. 2019). Rodd (2008) lo hace, a su vez, sobre el empleo entre los piaroa, en el estado Amazonas, en el sur de Venezuela.
Antes Schultes y Raffauf (1990) habían descrito prácticas ritualísticas con yage entre los indígenas que habitaban las márgenes de los afluentes del río Orinoco en la Orinoquía colombo-venezolana.
El uso religioso del yagé
A partir del siglo XX su empleo en algunas ciudades amazónicas se ha ampliado combinando elementos sincréticos propios del chamanismo amerindio con prácticas religiosas de origen africano, del cristianismo y del esoterismo europeo.
En ese contexto se han creado en la Amazonía brasileña, desde la década de 1980, ciertos cultos e iglesias fundadas en el uso de la ayahuasca entre sus seguidores (Labate 2004).
A partir de los años 90 esas prácticas se expandieron internacionalmente, aunque de manera limitada (Labate, Jungaberle 2011), en particular a Holanda, Estados Unidos y algunos países asiáticos (Sánchez y Bouso 2015).
La ayahuasca en la ciudad
Por otra parte, se ha venido imponiendo el uso de la ayahuasca con fines recreativos en las zonas urbanas de algunos países amazónicos, como Brasil y Perú, descontextualizado de su escenario natural y sin la supervisión de chamanes experimentados (Dos Santos 2016, Chávez 2012, Ronderos-Valderrama 2009, Santos 2007, Vélez y Pérez 2004, Lima 2004, Shanon 2005, Pereira 2003, Weiskopf 2002).
La importación de ceremoniales rituales con la ayahuasca en el área de la Gran Caracas, con la participación de taitas colombianos, del Putumayo, fue documentado por Landaeta-Casanova (2017).
Inicios del consumo de la ayahuasca en la Amazonía
No se sabe con precisión desde cuándo se consume la ayahuasca en los rituales indígenas amazónicos o como medicina, aunque se habla de milenios. Una de las evidencias más remotas de su uso se encontró en el valle de Azapa, en la región de Arica, en el norte de Chile.
Analizando momias del período Tiwanaku, entre 500 y 1.000 C.E., los arqueólogos encontraron residuos de harmina en los restos funerarios. Como allí no hay plantas que produzcan harmina, como la Banisteriopsis caapi, se cree que llegó por intercambio comercial, que incluía a la ayahuasca (ICEERS 2017).
El uso combinado de la ayahuasca con la chacruna, que contiene DMT, es, según algunos, un uso amazónico relativamente reciente, que se ha venido imponiendo (Brabec de Mori 2011). Aunque la mezcla fue redescubierta por los científicos en la década de 1980 (Riba et al 2015).
El ritual de «La toma de ayahuasca«
En este punto nos guiamos, principalmente, por Damasio (1999), Landaeta-Casanova (2017), Díaz-Mayorga (2004), Fericgla (2003) y Marulanda-Mejía y Rico (2003).
La ingestión de la ayahuasca, o mejor del brebaje amargo, viscoso y de color verde, derivado de la mezcla de plantas entéogenas que llaman ayahuasca, se hace bajo ciertas condiciones previas establecidas por el taita o chamán conductor del proceso de la “toma”.
Preparación antes del consumo
Entre esos requisitos para facilitar la “purga” o “limpieza” se le pide a los participantes abstinencia sexual al menos tres días antes de la toma, evitar consumir carnes rojas o blancas, grasas, cebolla, ajo, picantes, alcohol, etc.
La toma se hace generalmente de noche, hacia las siete, en un espacio casi a oscuras controlado por el taita, chamán o yachak, que preside el acto, de pie, detrás de una mesa pequeña, en donde está el recipiente que contiene el brebaje, y al lado perfumes, frascos, y el chondur, una mezcla para asistir a los participantes y calmarlos.
Utensilios
El taita viste una larga túnica o cuhsma, porta una corona de plumas, un largo collar, y utiliza varios utensilios que refuerzan su acción, tales como un atado de hojas secas (huairasacha), un sonajero, un sahumerio para quemar incienso, una maraca, etc.
Lo acompaña una música suave de un instrumento musical, la chakapa, o un instrumento de percusión, un tambor, o de cuerdas o una flauta o armónica. La puesta en escena, o setting, se parece mucho al que realiza un sacerdote católico en la misa.
Al inicio, el taita explica muy brevemente el propósito del acto, diciendo, palabras más, palabras menos, que la ayahuasca es una planta sagrada, una planta sagrada que ordena la mente y te permite conocerte en el interior y te cura por dentro.
Que al tomarla, puedes sentir ganas de vomitar o diarrea, pero es que te está limpiando o purgando por dentro. Otro taita (Colombia) o yachak (Ecuador) explica, según señala un reportaje de Carlos Nova, en el diario El Telégrafo, de Guayaquil, Ecuador, del 25.02. 2019, que la “misión de la ayahuasca es la de aceptar las cosas que no puedes cambiar, como la muerte y el pasado, y cuidar las emociones sobre todo”. Y “limpiar y reorganizar la mente y el cuerpo”.
El polvo de rape
Al principio de la ceremonia, el taita le “proyecta” a cada participante polvo de rape por las fosas nasales, que consiste en tabaco molido aromatizado. Mientras tanto se perfuma el ambiente con incienso de diferentes aromas (palo santo, cedro, romero, salvia, mirra, tabaco, etc.).
La primera copa
El taita ofrece la primera copa, una pequeña porción, a cada participante, que la ingiere, uno a uno, en el orden establecido por una cola. Al entregar la copa, el taita la bendice y la sopla (en el soplo el taita transfiere su intención y energía a la ayahuasca).
La copa contiene un brebaje espeso, de color marrón y de sabor parecida a la melaza, entre dulce y amargo. Luego el participante ocupa de nuevo su lugar esperando que se presenten los efectos del brebaje, mientras el taita dice ícaros, o cantos que son como oraciones en quechua o en castellano.
En los primeros 15 a 20 minutos se comienzan a desencadenar los efectos. Se siente una suerte de hormigueo en el cuerpo. Se presentan entonces los efectos físicos: aumento del ritmo cardíaco y de la respiración, , mareos, vómitos, diarrea, variando de acuerdo a las características de los participantes.
Si no se presentan los efectos físicos iniciales, el taita ofrece una segunda copa al participante.
El efecto de la toma puede durar de 1 a 3 horas, tiempo en el que el participante entra en un estado de trance o de conciencia ampliada, en el que, sin perder la conciencia del entorno, participa de visiones, aunque después le cueste expresar en detalle y con claridad la experiencia que ha vivido.
Visiones
Se han hecho estudios comparativos sobre las visiones que aparecen como efecto de la toma de ayahuasca.
Son imágenes que se van componiendo progresivamente, como si fueran fragmentos que se van integrando. Se comienza percibiendo colores diversos y figuras geométricas que giran o imágenes caleidoscópicas, que se organizan en visiones concretas (animales, plantas, personas, paisajes).
Marulanda-Mejía y Rico (2003) señalan que las visiones se comportan como imágenes arquetípicas, a la manera de Jung, es decir, que se parecen mucho en todos los casos de percepciones. Por ejemplo, se repiten, águilas, tigres, serpientes.
El estatuto legal de la ayahuasca
Tanto la ayahuasca como la chacruna contienen alcaloides, que corresponden a sustancias psicoactivas, que están registradas en la Convención de Sustancias Psicotrópicas, realizada en 1971.
No obstante, ni la ayahuasca ni la chacruna están sujetas a control internacional según el International Narcotics Control Board (INCB), un organismo cuasi judicial admitido en la United Nations Drug Conventions, que preserva y defiende las prácticas ancestrales indígenas y sus modos de ritual.
La ayahuasca fue declarada como un bien patrimonial cultural del Perú, debido a su uso en rituales ancestrales y como una medicina tradicional de los pueblos indígenas amazónicos.
Además el uso de la ayahuasca para fines religiosos es común y legal en Brasil (Labate, Cavnar y Gearin 2017, Cauiby 2000). Su utilización para fines religiosos en Holanda y ciertos estados de Estados Unidos también es permitido, aunque sujeto a regulación y supervisión.
¿Cómo y dónde tomarla de manera controlada?
En la Amazonía boliviana, en el norte del país, funcionan alojamientos turísticos ecológicos, como el Pisatahua Lodge, donde se realizan ceremonias con plantas maestras como la ayahuasca, la coca, el San Pedro y se organizan retiros espirituales.
El empleo de la ayahuasca tampoco está expresamente controlado en la legislación española, a cargo de la Agencia de Productos Medicinales.
La utilización de la ayahuasca como base de socialización o como droga recreativa en centros urbanos, empleada por jóvenes (Scuro 2017, Shannon 2005, Silveira et al 2005, Vélez y Pérez 2004, Uribe 2002).
La celebración de cultos o prácticas religiosas, con una mezcla sincrética que une varias corrientes espirituales, es muy extendida en la Amazonía brasileña, con Iglesias como el Santo Daime, la Union do Vegetal (UDV), la Barquinha. E igual sucede en Perú y Colombia, con la expansión de la corriente del Vegetalismo.
Las religiones ayahuasqueras
El Santo Daime tuvo su origen en un grupo de practicantes seguidores de Raimundo Irineu Serra, “Padrinho Irineu”, en la ciudad amazónica brasileña de Céudo Mapiá, en el estado de Acre, en 1920, donde se localiza su principal centro espiritual (Labate et al 2002).
La ayahuasca es utilizada como la bebida ritual de la práctica religiosa, hasta alcanzar un estado de éxtasis colectivo.
A la muerte de Serra, en 1971, los seguidores ampliaron la religion ayahuasquera en otros estados brasileños y fuera del país (Lowell y Adams 2016, López 2015, Dawson 2009, Goulart 1996).
La Union do Vegetal (UDV)
La Union do Vegetal (UDV) fue creada por el ex-capoerista José Gabriel Da Costa, en 1961, con sede en Planaltina, en Brasilia D.F. Cuenta con más de 7.000 asociados, y es la religión ayahuasquera mejor organizada.
Se trata de una religión de versión Cristiana reencarnacionista, con elementos del espiritismo de Alain Kardec y de otras manifestaciones religiosas urbanas.
Tiene una estructura jerárquica (cuerpo de instructores, consejeros, maestros) y hasta un departamento médico compuesto por psiquiatras, que hacen investigación sobre la ayahuasca (Laqueille y Martins 2008, Labate 2004, Labate et al 2002).
La Barquinha
La Barquinha fue creada en Río Branco, en el estado de Acre, por Daniel Pereira de Matto en 1945.
Es una congregación ecléctica, donde se realizan bautismos, bailes de concentración, adoctrinamiento de almas, romerías (Labate 2004).
Mantiene una presencia local, limitada a Acre, mientras que las otras dos Iglesias se expandieron hacia los Estados Unidos, Canadá y Europa, con la migración brasileña (Silveira et al 2005).
Usos farmacológicos, medicinales
La ayahuasca o yagé contiene alcaloide beta-carbonilos, como harmaline, harmina, yagenina y la tetrahidroharmina, que tienen propiedades antimicrobianas, anti helmínticas, antidepresivas, vasodilatadoras, que se emplean farmacológicamente para varios usos médicos, entre ellos la epilepsia o el mal de Parkinson.
La chacruna, el complemento en la mezcla, contiene DMT que inhibe temporalmente la acción de la enzima monoaminooxidasa (MAO). Elm descubrimiento de esas propiedades incitó a la apropiación de sus principios activos.
La patente y su anulación.
En 1986 Loran Miller, de la International Plant Medicine Corporation, registró la patente US No. PP 05751 como “una nueva variedad de yage”. En ese tiempo había poca investigación sobre las plantas que se mezclaban en la ayahuasca (McKenna et al 1986).
En 1996 el Comité de Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) protestó la validez de la patente, considerándola un acto de piratería, y logró, en 1999, anular la patente en la corte estadounidense.
Antidepresivo
La toma de la ayahuasca, como el resultado de de la mezcla de dos plantas enteógenas se ha empleado en medicina para el tratamiento de pacientes que sufren de depresión recurrente.
En este caso, se utilizan las propiedades antidepresivas de la mezcla, y su acción rápida y sostenida (Sánchez y de Lima-Osório 2016, Dos Santos et al 2016, Mazar 2014, Herraiz et al 2010, Gallego 2007, Callaway, Brito y Neves 2005, Costa et al 2005, Riba 2003).
La enzima monoaminooxidasa (MAO) participa en la eliminación de los neurotransmisores noradrenalina, serotonina y dopamina del cerebro, que son los mensajeros químicos de la comunicación entre las neuronas cerebrales.
Al reducirse la disponibilidad de estos neurotransmisores, se producen cambios en la neuroquímica cerebral, lo que favorece la aparición y desarrollo de la depresión.
La harmina, presente en la ayahuasca, actúa como inhibidor de la MAO, impidiendo que eso suceda, haciendo posible que haya más de estas sustancias químicas neurotransmisores, que son antidepresivos (Carlini 2003).
Psicoterapia
Fericgla (2003) hace un excelente resumen sobre la utilización de la ayahuasca, desde mediados del siglo XX, en la etnopsicología y la psicofarmacología, y de sus aplicaciones en el ámbito de psicoterapia y del desarrollo de las potencialidades de la mente humana.
Gallego (2007) y Echeverri-González (2003) reflexionan sobre las implicaciones de las sustancias psicoactivas en la ampliación de los estados modificados de conciencia (EMC), que trascienden la pregunta del “por qué”, para agregar la del “para qué”.
Para superar adicciones fuertes a las drogas
Apud (2019) refiere cuatro casos de recuperación exitosa de pacientes con severas adicciones a las drogas que se recuperaron con tomas sucesivas de ayahuasca y contexto socioculturales adecuados, aplicando enfoques interdisciplinarios. Ver también: Apud Y Romani (2017).
McKenna y Riba (2015) señalan que la administración de ayahuasca reduce los constreñimientos cognitivos de las funciones ejecutivas e incrementa la excitabilidad de varios niveles cerebrales en las áreas de asociación, lo que conlleva a un estado psicológico proclive a la introspección y a la reflexión personal.
Para tratar el Parkinson
La enfermedad de Parkinson tiene muchos síntomas relacionados con la pérdida de ciertos grupos de neuronas en el cerebro, particularmente por ausencia de dopamina. De allí que la harmina contribuye a inhibir la acción de la MAO, lo que hace que aumente la concentración de dopamina en el cerebro.
Ahora hay otros fármacos más eficaces para producir el efecto inhibitorio de la MAO (Samoylenko et al 2010, Caslaxe et al 2009, Schwartz et al 2008, Laqueille y Martins 2008).
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4. Grandes científicos naturalistas en el Amazonas (siglos XVIII al XIX)
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Mitos y leyendas amazónicas sobre la ayahuasca
noviembre 28, 2019
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noviembre 17, 2019
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