Tras los conquistadores, los colonizadores y los misioneros, llegaron a la cuenca amazónica los naturalistas europeos, especialmente ingleses, franceses, alemanes, y los estadounidenses.
El Dr. Rafael Cartay es un economista, historiador y escritor venezolano mejor conocido por su extenso trabajo en gastronomía, y ha recibido el Premio Nacional de Nutrición, el Premio Gourmand World Cookbook, Mejor Diccionario de Cocina y El Gran Tenedor de Oro. Inició sus investigaciones sobre la Amazonía en 2014 y vivió en Iquitos durante 2015, donde escribió La Tabla Amazónica Peruana (2016), el Diccionario de Alimentos y Cocina de la Cuenca Amazónica (2020), y el portal en línea delAmazonas.com, de del cual es cofundador y escritor principal. Los libros de Rafael Cartay se pueden encontrar en Amazon.com
Principales protagonistas de las primeras expediciones científicas a la Amazonía
Vinieron científicos ya consagrados en sus países de origen, como Charles De la Condamine, Alejandro de Humboldt o Alfred Russel Wallace.
Y otros, muchos otros, en oleadas, que querían consagrarse o enriquecer sus colecciones particulares o por mandatos gubernamentales. Como Alexandre R. Ferreira, William Henry Edwards, H.W. Bates, Lowe, Johann von Spix, Karl F. von Martins, F. D. Roulin, J.E. Pohl, Robert Avé- Lallemant, Maximilian Zu Wed, G. H. Langsdorf, R. Schomburgk, Conde Castelanau-Laporte, Charles Waterton, Johann M. Rugendas, Francisco Michelena y Rojas, príncipe Alexander Maximilian, Richard Spruce, J. Nattener, Paul Marcoy, Leopold Adametz, Eduard Poepping, Charles Weiner, Heinrich Wilhem Schott, A. Taunay, Adalbert von Preven, Ferdinand Bellerman, Theodor Koch-Grunberg, Hamilton Rice.
Cada una de ellos superó innumerables peligros y privaciones para contribuir con el registro de una nueva especie para la ciencia o dejar el legado de un libro de viajes.
Como un antecedente de todos ellos figura la contribución de Cristóvao de Lisboa, considerado el primer naturalista de la Amazonía por su inventario ilustrado História dos Animais e Árvores do Maranhao, compuesto entre 1624 y 1629.
Llegaron también las grandes expediciones que respondían a los deseos de los monarcas europeos de conocer mejor los recursos naturales para explotarlos en beneficio de su poder imperial.
Reales Expediciones Botánicas
En ese capítulo se inscriben las Reales Expediciones Botánicas, como la que se dirigió a Nueva España, encabezada por José Mariano Mociño y Martín Sessé y Lacosta, entre 1787 y 1803; la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, entre 1782 y 1808, encabezada por el español José Celestino Mutis, en la que participó el luego prócer y mártir Francisco José de Caldas por la independencia de Colombia; la Expedición Botánica al Virreinato del Perú, entre 1777 y 1788, dirigida por Hipólito Ruiz López y José Pavón.
Aparte de las Española, hubo la expedición a Brasil dirigida por el naturalista Alesandre Rodrígues Ferreira, entre 1783 y 1792, conocida como Expedicao Philosophica do Para, Rio Negro, Mato Grosso e Cuyabá.
Expediciones inglesas
Otras expediciones inglesas, como la famosa expedición dirigida por el botánico Joseph Bank, el médico Daniel Solander y el explorador y cartógrafo James Cook, que capitaneaba el H.R.Endeavour, que recorrió medio mundo e hizo una estadía en Brasil.
Misión geodésica Francesa al Ecuador
Una célebre expedición fue la Misión Geodésica Francesa al Ecuador, en 1736, para medir un grado del meridiano Terrestre en el Ecuador y verificar la forma de la Tierra.
En la misma, participaron miembros de la Academia de Ciencias de Francia: Louis Godin, Charles-Marie de la Condamine y Pierre Bouguer. La Condamine siguió luego a la Amazonía para explorarla por su cuenta.
Misión Corográfica por territorio del Caquetá
Otra importante expedición, ahora de importancia regional, que tocó parte de la Amazonía fue la Misión Corográfica por territorio del Caquetá y parte de Colombia.
Ésta fue dirigida por el geógrafo y cartógrafo Agustín Codazzi, desde 1850 hasta su muerte en 1859, que recorrió el alto Caquetá y el río Putumayo.
La ilustración llega a la Amazonía
Ese gran interés que despertaba la Amazonía entre los científicos europeos a partir del siglo XVIII estaba en relación directa con el desarrollo de lo que se llamó el siglo de la Ilustración, que estimuló la libertad de pensamiento, la razón individual, el desarrollo de las ciencias, los cambios económicos con la revolución industrial y politicos con la revolución francesa.
Se desarrolla el capitalismo comercial y crece el interés de los gobiernos por conocer los recursos naturales de los territorios bajo su dominio y explotarlos en busca de materias primas para aumentar su poderío económico.
En ese ambiente de grandes cambios se abrieron jardines botánicos, museos de historia natural, se financiaron expediciones botánicas, y la botánica como disciplina científica experimentó un rápido desarrollo.
El conocimiento botánico se hizo transnacional y aumentaron las contribuciones y los intercambios entre los naturalistas europeos.
El siglo de las luces
En el siglo XIX se sistematizó el lenguaje científico y la clasificación (con los aportes iniciales de Joachim Junguis, seguido de John Hay y Carl Linneo), se lanzó la teoría de la evolución de las especies y de la selección natural, por Charles Darwin y A.R. Wallace, lo que estimuló los avances de la anatomía vegetal, la fisiología vegetal y el primer sistema filogenético (Engres, 1892), que es la base de referencia universal en los herbarios.
Estos esfuerzos, de grupos expedicionarios, financiados por gobiernos, o individuales, permitieron conocer más el territorio de la cuenca amazónica, levantar mapas de las regiones y del curso de los ríos para definir límites, recopilar materiales vegetales y animales, muchas veces desconocidos para la ciencia, dominada entonces por Europa.
La llegada tardía de los estudios etnográficos.
No obstante, hubo en aquellos tiempos poca información sobre las comunidades indígenas nativas amazónicas y de sus culturas.
Habría que esperar hasta el siglo XX, con el desarrollo de la antropología social y la etnología, y los grandes aportes de científicos sociales como Claude Lévi-Strauss, y de otros antropólogos y arqueólogos, particularmente franceses y estadounidenses, al igual que de los especialistas oriundos de los países que comprenden la cuenca amazónica.
Muchos de ellos colaboradores de la publicación de los cinco volúmenes de la magnífica Guía Etnográfica de la Alta Amazonía, dirigida por Fernando Santos-Granero y Federica Barclay, y patrocinada por el IFEA, la FLACSO Ecuador y el Smithsonian Tropical Research Institute.
Grandes hombres de ciencia en la Amazonía de los siglos XVIII – XIX
Cada uno de los naturalistas, científicos y exploradores que incursionaron en los territorios de la cuenca amazónica merece un apartado especial para dar cuenta de sus contribuciones.
No obstante, en esta parte solo haremos referencia, brevemente, a los viajes de La Condamine, Rodrigues Ferreira, Humboldt, Edwards, Wallace, Bates y Spruce.
En este caso haremos una excepción, una honrosa excepción, e incluiremos a dos grandes científicos del siglo XX: Schultes entre los botánicos, y a Lévi-Strauss entre los antropólogos.
Charles-Marie de La Condamine (1701-1774)
Charles-Marie de La Condamine (1701-1774) fue uno de los más destacados viajeros que visitó la Amazonía, junto con el alemán Humboldt y el inglés Wallace. La Condamine fue un naturalista, biólogo, matemático y explorador francés.
Llegó a Quito, Ecuador, en 1735, formando parte de la Misión Geodésica Francesa, encargada por la Academia de Ciencias de Francia de medir la longitud de un grado de meridiano terrestre en la línea ecuatorial, para dar por terminada la polémica sobre la forma de la Tierra, si era achatada en el centro o en los polos.
Cumplido ese objetivo, La Condamine se internó en la selva amazónica hasta 1744. Descendió , entre 1743 y 1744, por el río Amazonas, desde Jaén, en Bracamoros, hasta Belém do Pará, buscando pruebas de la existencia de las Amazonas, las mujeres guerreras mencionadas por el cronista Gaspar de Carvajal, que acompañaba a Francisco de Orellana.
A su regreso habló en París, entre otras cosas, sobre el árbol de caucho y sus usos potenciales; sobre la planta de la quina para extraer quinina, un remedio contra la malaria, y sobre el curare, un fuerte relajador muscular empleado por los indígenas para cazar. La Condamine fue conocido, además, por establecer los fundamentos del Sistema Métrico Decimal.
Alessandre Rodrígues Ferreira (1755-1815)
Alessandre Rodrígues Ferreira (1755-1815), fue un naturalista brasileño, que dirigió la Expedicao Philosophica do Pará, Río Negro, Mato Grosso y Cuyabú.
Rodrígues trabajaba en el Real Museo de Ajuda, en Portugal.
En 1780 fue incorporado como miembro de la Real Academia de las Ciencias de Lisboa.
En septiembre de 1783 partió de Lisboa rumbo a Brasil para recoger materiales con el fin de enriquecer el Real Museo de Lisboa, y hacer un diagnóstico de la situación de la colonia portuguesa.
Para su empresa recibió el asesoramiento de Domenico Vandelli, un destacado botánico italiano. Arribó a Belém do Pará, en octubre de 1785, y pasó los nueve años siguientes explorando el centro-norte del Brasil, navegando por el Río Negro.
Recopiló una gran colección de especies amazónicas y muestras geológicas, que fueron extraídas del Real Museo de Historia Natural de Lisboa, llevadas por los científicos franceses como botín de guerra, tras la ocupación de Lisboa por las tropas napoleónicas.
Alexander von Humboldt (1769-1859)
El barón Alexander von Humboldt (1769-1859) fue uno de los más grandes generalistas modernos que visitó, aunque brevemente, la Amazonía, dedicando más su tiempo, junto con su amigo Aimé Bonpland, a recorrer la región de la Orinoquía, intentando, entre otros propósitos, establecer las conexiones de ésta con la cuenca del Amazonas.
Llegó en 1802 a Lima, procedente de Quito, junto al quiteño Carlos Montúfar, para emprender viaje navegando el curso del río Marañón, hasta la entrada de la baja selva amazónica, para permanecer dos semanas en localidades del alto Marañón.
Su extensa obra Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, que comprende 30 volúmenes publicados entre 1805 y 1834, fue una de las mayores contribuciones para el desarrollo de la geografía botánica, considerada la base de la biogeografía moderna.
William Henry Edwards (1822-1909)
El entómologo y empresario de minas de carbón estadounidense William Henry Edwards (1822-1909), fue un gran especialista en mariposas. En 1846, junto con un familiar residenciado en Argentina, visitó la Amazonía brasileña y quedó impresionado por la biodiversidad regional.
Visitó la isla de Marajó, en la desembocadura del Amazonas, y navegó por el gran río desde Belém do Pará hasta Manaos.
Hizo brillantes observaciones sobre la vida de las mariposas, sobre las que escribió varios libros. Notando, en especial, el variado polimorfismo de sus alas, considerado un indicio de la selección natural.
Como fruto de sus investigaciones, publicó, en 1847, el libro A Voyage Up the River Amazon with a Residence at Pará, muy bien acogido entre la comunidad científica inglesa, con la que Edwards mantenía contactos.
Su libro fue leído con gran provecho por dos jóvenes ingleses interesados en la entomología, Henry Walter Bates (1825- 1892) y Alfred Russell Wallace (1823-1913).
Henry Walter Bates (1825- 1892) y Alfred Russell Wallace (1823-1913)
Ambos viajaron juntos a Pará, en la Amazonía brasileña, en 1848, logrando armar grandes colecciones de insectos.
Wallace regresó a Inglaterra en 1852, pero, desgraciadamente, perdió su colección en un naufragio. Bates siguió investigando en la Amazonía hasta 1859, para regresar a su país con más de 14.000 especímenes, de los cuales cerca de 8.000 eran especies de insectos nuevas para la ciencia.
Bates es conocido por describir el fenómeno conocido como “mimetismo batesiano”, por el cual de dos o más especies similares en apariencia, una especie no venenosa copia la coloración de la otra especie venenosa o peligrosa, que se le parece, para ahuyentar a los depredadores y evitar ser comida por ellos.
En 1863 Bates escribió The Naturalist in the River of Amazon, compuesto por dos volúmenes.
La teoría de la evolución: ¿Wallace o Darwin?
Wallace, el más reconocido de los dos, estaba muy interesado en la teoría de la selección natural, de la cual fue después, junto con Charles Darwin (1809-1882), uno de sus postulantes en 1859, aunque ambos lo hicieron de manera independiente.
Le interesaba mucho la idea de la transmutación, por la cual una especie se transforma en otra. Planteó la hipótesis de la barrera fluvial: un gran río actúa como una barrera en el proceso de evolución de las especies.
Para 1855 ya tenia avanzada su teoría de la selección natural, que corroboró en viajes al archipiélago malayo, desde donde le escribió a Darwin.
La idea de la relación de los factores geográficos como causa de la selección es de Wallace, mientras que Darwin se interesó más por divergencia causada por la adaptación de las diferentes poblaciones.
Las observaciones de Wallace sobre la vida amazónica son muy agudas: sobre el comercio del caucho antes de la época del auge de su recolección, los distintos colores de las aguas de los ríos, sus causas y su riqueza ictiológica, la distribución de las especies en la Amazonía y sus endemismos, y la descripción de ciertos comportamientos culturales de los indígenas habitantes de las márgenes del río Vaupés.
Richard Spruce (1817-1893)
Richard Spruce (1817-1893) fue un medico y naturalista inglés que exploró la Amazonía en 1850, interesándose por las plantas medicinales y las plantas psicoactivas. En particular, por los efectos de la ayahuasca, un brebaje compuesto, la combinación básica más conocida, de la mezcla de dos plantas, la ayahuasca, Banisteriopsis caapi, un bejuco de las malpigiáceas, y las hojas de la chacruna, Psichotrya viridis, de las rubiáceas, que es la combinación más conocida, aunque hay muchas otras plantas aditivas que se mezclan con la ayahuasca.
Spruce envió una caja de especímenes de B. caapi al Royal Botanical Gardens Kew, de Londres, y realizó varias experiencias directas con el brebaje entre 1854 y 1857.
El naturalista elaboró también el primer reporte científico acerca del empleo del yopo, Anadenathera peregrina, que había sido mencionado en reportes de cronistas en 1571, un poderoso alcaloide que se aspira por la nariz en las ceremonias rituales de algunos grupos indígenas amazónicos, como los guahibo, del río Orinoco.
Spruce pasó 15 años actuando como un coleccionista privado y agente del gobierno británico. En su obituario para Nature, en 1894, su amigo A.R. Wallace escribió: “He was a man who, however depressing were his conditions or surroundings, made the best of the life”.
Richard Evans Schultes (1915-2001)
Richard Evans Schultes (1915-2001) es considerado el más grande etnobotánico estadounidense relacionado con la Amazonía.
Cuando era niño, leyó un libro del naturalista inglés Richard Spruce, y supo desde ese día que lo que quería en la vida era dedicarse al estudio de la plantas medicinales y psicoactivas.
Fue una vida dedicada al desarrollo de la etnobotánica, de la cual fue considerado uno de los mayores expositores y promotores: director del Museo Botánico de Harvard (1970-1985), fundador de la Sociedad Botánica y editor, desde 1962 hasta 1979, del Journal of Economic Botany.
Antes de instalarse en Colombia, Schultes estudió en Estados Unidos (Oklahoma) y en México el uso alucinógeno del peyote y de otro hongos.
Luego pasó casi 12 años, entre 1941 y 1952, en la Amazonía colombiana conviviendo con las comunidades nativas indígenas, como los Cofan, coleccionando plantas medicinales y estudiando sus usos farmacológicos, así como los usos de las plantas psicoactivas por parte de los chamanes.
Se interesó por los efectos del curare (Chondrodendron tomentosum), y de sus muchas plantas productoras, de las que se extrae la d-tubocurarina, un poderoso relajante muscular, y de la ayahuasca ( que combina Banisteriopsis caapi y Psychotria viridis), fuente de harminas, que inhibe la acción de la enzima MAO (mono aminooxidasa), el primero, y de triptaminas, el segundo, que produce efectos alucinógenos, que se metaboliza por la acción de los MAO.
En el período de 12 años que permaneció en la Amazonía, identificó 1.553 especies medicinales o tóxicas, de las cuales más de 300 especies resultaron nuevas para la ciencia. Uno de sus libros, Plantas de los Dioses, escrito con el bioquímico Albert Hofmann, publicado en 1979, es considerado una obra fundamental sobre la historia de las plantas enteogénicas o psicoactivas.
Claude Lévi-Strauss (1908-2009)
El francés Claude Lévi-Strauss (1908-2009) es el más destacado antropólogo y etnólogo contemporáneo. Tras sus estudios universitarios en París, en los que se graduó en filosofía, en 1932, viajó a Brasil, formando parte de una misión francesa de intercambio cultural, entre 1935 y 1939.
En ese tiempo realizó exploraciones al Mato Grosso y a otras partes de la Amazonía brasileña, desempeñándose, además, como profesor visitante de sociología en la Universidad de Sao Paulo. Regresó a París en vísperas de la II Guerra Mundial.
Al estallar la guerra, viaja a Martinica, y de allí a Estados Unidos, residenciándose en Nueva York, donde dió clases en una Universidad y se relaciona con otros exiliados, entre ellos Jakobson, especialista en estructualismo linguístico.
En 1948 retorna a París, se doctora en Letras e ingresa a la vida académica francesa(CNRS, la Maison de Sciencies de l´Homme y la Ecole Pratique des Hautes Studies). Escribe su primer libro “Tristes Trópicos”, 1955, en el que cuenta su experiencia brasileña, a modo de un libro de relatos, que lo lanza a la fama.
Luego vendrá su serie Mitológicas, de cuatro tomos, publicados entre 1964 y 1971.
Desde entonces, se consagra en el campo de la antropología structural aplicada al estudio de los mitos, el parentesco y otras relaciones sociales.
La mente humana para Lévi-Strauss
Para Lévi-Strauss el cerebro humano ordena la concepciones del mundo en forma de estructuras o sistemas para interpretar el mundo y comprenderlo. Se interpreta así la experiencia, con una lógica universal que puede presentar diferentes modelos o sistemas para el análisis de mitos, creencias y prácticas.
La misión del antropólogo es explicar esa lógica dentro de un sistema cultural particular. Lévi-Strauss analiza las creencias y prácticas culturales aplicando el estructuralismo, recurriendo a la manera cómo se estructura el lenguaje y se produce la clasificación lingüística, para explicar la construcción del pensamiento y la cultura humana.
De eta manera construye una teoría del mito, empleando un enfoque estructuralista, identificando oposiciones universales (como muerte-vida, naturaleza-cultura, crudo-cocido, etc.) para organizar las creencias y prácticas sobre el mundo.
Su teoría del parentesco se basa, no tanto en la descendencia de un antecesor común, sino en la política de alianzas familiares, a través del matrimonio, que privilegia relaciones exogámicas para fortalecer relaciones perdurables, evadiendo el tabú del incesto, y recurriendo a los elementos del intercambio y de la reciprocidad en las relaciones humanas.
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